En vivo y en directo desde Israel

refugiosisraelokHerzlya, 16.07.14

Querida Janet:


Me preguntás cómo estoy pasando en estos momentos y si una uruguaya se acostumbra a vivir esa situación.

 Son momentos difíciles, de mucho stress, de estar preocupados, pendientes de las noticias, de estar atentos a las alarmas para ir al refugio, de exponernos lo menos posible a algún misil perdido que llegue por nuestros pagos. Pero en nuestra zona, somos unos privilegiados, ya que estamos bastante lejos de Gaza y apenas se han acercado unos 4-5 misiles a nuestra zona.

 

Para los que viven cerca de Gaza es un infierno, decenas de misiles les son disparados noche y día, toda su vida está alterada. Aunque las ¨cúpulas de hierro¨ se han perfeccionado mucho y son altamente exitosas, algunos misiles llegan a destino. Están produciendo daños materiales y distorsionado la vida económica y social, pero los daños humanos son pocos, hasta ayer sólo algunos heridos de diversa gravedad, desde ayer un muerto.

Yo trato de alterar mi rutina al mínimo y vivir lo más normalmente posible. Salgo a hacer diligencias, voy al cine, me encuentro con amigos. Sólo cuido de moverme en áreas urbanas donde si es necesario se puede contar con elementos protectores. Por ej., no atravieso el baldío por el cual normalmente corto camino cuando voy a gimnasia, sino que hago un camino más largo por calles céntricas. Si voy al super, pienso cuál me queda más cerca y tiene un camino más seguro. No voy a lugares que me exijan viajar por carretera, pues es demasiado expuesto. Aunque hoy de mañana, por ej., un poco harta y claustrofóbica, fui un rato a la playa, lo cual no es muy prudente. Otra gente se limita mucho más y se concentran en su casa casi todo el tiempo.

No faltan situaciones tragicómicas. Uno de estos días en que sonó la sirena en nuestra zona a media mañana, yo estaba bajo la ducha. Así que ahí tuve que correr a un lugar más seguro envuelta en una toalla y chorreando agua. En casa lo tomamos con humor, pero inmediatamente pensé en los habitantes de las poblaciones que rodean Gaza, porque allá, los misiles, aunque con menos frecuencia, caen durante todo el año. Y de pronto, en vez de pensar, sentí en carne propia la dificultad insoportable de su vida cotidiana. ¿Cómo hacen, por ejemplo, para bañarse? Porque los 15 segundos de la sirena no dan ni para la ducha más mínima.


Normalmente, si las circunstancias lo permiten, los vecinos del piso nos refugiamos en el rellano de la escalera, el lugar más seguro, ya que sólo a los de los pisos bajos les da tiempo de ir al refugio. Es una oportunidad para hacer sociabilidad, ya que en general apenas nos saludamos cuando andamos en las corridas diarias. A medida que se prolongan los días del conflicto, más vecinos acuden al refugio. Sentimos que la cosa se pone más fea y nos da más miedo.

Pero lo más duro es proyectarse al futuro. Seguramente en algún momento se llegará a un acuerdo para terminar este enfrentamiento, será en unos días o tal vez varias semanas. Y como ha pasado en los rounds anteriores, cada parte proclamará su victoria. Del lado de Israel se destacará la eficacia de las ¨cúpulas¨, la inteligencia de los ingenieros de la empresa Rafael que las idearon y la pericia puesta en su fabricación. Y, por sobre todo, se elogiará al Ejército y se le premiará con más tajadas a su gordo presupuesto. Del lado de Hamas, por lo menos se podrán jactar de que pudieron tener en jaque al más poderoso ejército de la zona y mantuvieron encerrada en los refugios a casi toda la población israelí, incluido Tel Aviv. Y habrá tranquilidad por... estiman que por un año. Y después, esperar el próximo round. Jad gadiá. Y otras vez nos sorprenderemos, levantaremos brazos al cielo, se reclamarán medidas fuertes, que les den sin lástima, que destruyan hasta la última base de misiles, que esta vez sea definitivo...

¿Será siempre toda la culpa del otro? Los terroristas que nos atacan con misiles, los muchachos palestinos que tiran piedras, las poblaciones árabes de Israel que se sublevan en manifestaciones violentas. ¿Seguiremos diciendo que todos los árabes sólo quieren echarnos al mar, que Abu Mazen no es socio para la paz, que no hay con quién hablar, que ellos sólo entienden el idioma de la fuerza? ¿Qué quieren de nosotros, que lo único que hacemos es defender a nuestros inocentes ciudadanos? ¿Acuerdos, hablar, ceder, delimitar fronteras? ¿Quién necesita eso? Nosotros seguiremos trancados en el statuos quo, siempre los fuertes, los que detentamos el poder, venceremos en este round y también en el próximo y continuaremos determinando la forma de vida de los palestinos, escandalizándonos de que los árabes israelíes se identifiquen con el dolor de sus hermanos, construyendo más y más asentamientos con la más despampanante indiferencia de la ley nacional e internacional.

Por supuesto que el enfrentamiento de un estado de derecho con una organización terrorista fundamentalista es ¨desproporcionado¨, más bien inconmensurable, en los hechos y en los valores. Y a Israel no le queda otra que defenderse cuando es atacado. No creo que a nadie se le ocurra otra solución. No podemos confundir la aspiración a independizarse y autodeterminarse del pueblo palestino con la legitimación del terrorismo. Y no obstante, el camino de un entendimiento político, sentarse por fin con el otro para buscar honestamente una forma de resolver los conflictos territoriales, de soberanía y de seguridad, es también una forma de luchar contra el terrorismo.

Como ves, esta uruguaya se acostumbró a vivir con el conflicto. Pero no puedo dejar de preguntarme si hasta ahora se ha hecho todo lo que se podía para evitar llegar a esta situación. Por supuesto, que nuestra realidad es muy compleja, sobran los comentarios y los comentaristas, y escasean los líderes.


Muchas gracias por tu preocupación y tu cariño. Un gran abrazo. Renée

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