Se acabaron los años de tranquilidad de Israel

israelhoy2okExplotó la burbuja. La combinación del fanatismo de Hamás con la desesperación y el poder de los misiles son solo los precursores de lo que podemos esperar en los próximos años y en las próximas décadas.

Los ataques de misiles que se realizan sobre Israel son como un ataque de los hambrientos contra los que están bien alimentados. Al parecer, los hambrientos son débiles. No tienen posibilidades. Tienen que ser disuadidos, asustarse de los vecinos y abstenerse de molestarlos.

 Pero debido a que son fanáticos, actúan de manera ilógica. Debido a que están desesperados económicamente y son débiles a nivel estratégico, optan por desafiar a sus vecinos, satisfechos de sí mismos, a lo largo y ancho de la frontera.

Los misiles Grad que Hamás dispara contra Sderot, Ashkelon, Ashdod y Kiriat Malají son misiles de desesperanza. Los misiles que se disparan contra Tel Aviv y contra todos los lugares del norte son misiles de fanatismo. Al estar entre la espada y la pared, nuestros fanáticos enemigos del sur decidieron derribar su casa sobre sus cabezas, con la esperanza de llevarse con ellos algunos de los que están satisfechos de sí mismos. Al quedarse sin futuro, el fanático y hambriento pueblo de la franja de Gaza trata de empantanar la autosatisfecha democracia israelí en el desorden de ellos.

Los ataques de misiles que se realizan sobre Israel constituyen un ataque del caos sobre el orden. En el antiguo Medio Oriente, la constante amenaza que se enfrentaba al estado judío era la invasión de los ejércitos regulares. En el nuevo Medio Oriente, Israel enfrenta el peligro de fuerzas irregulares provenientes de entidades irregulares que perturban el orden interno. Las guerras del Golfo y la Primavera árabe acabaron con la mayoría de nuestros viejos enemigos (Irak, Siria y Libia) pero se ha alzado otro enemigo: el caos.

Hasta junio de 2014, logramos impedir que el caos se propagara por nuestras fronteras. Pero ahora, los misiles de Hamás traen ese desorden a nuestra ordenada burbuja. La combinación del fanatismo con la desesperación y el poder de los misiles son solo los precursores de lo que podemos esperar en los próximos años y en las próximas décadas. La autosatisfacción del ayer está por desaparecer, mientras que le da paso a la consciencia de una interminable violencia y desorden en la región.

Los ataques que se realizan sobre Israel tienen la finalidad de explotar esta burbuja. ¿Tel Aviv creyó haber encontrado una manera de evitar los horrores del Medio Oriente? Tel Aviv no estaba en lo cierto. Esa burbuja espiritual, cultural, centrada en los valores que creó no podía sobrevivir sin reconocer la trágica realidad que lo rodea. ¿Creía usted que se podía mantener aislada la economía y la sociedad de los desafíos geo-estratégicos? Usted estaba equivocado. En este país, no se puede separar las luchas básicas por alcanzar una sociedad justa y una economía próspera de la singular circunstancia en la que existe Israel.

¿El primer ministro Biniamín Netaniahu creía que podía mantener la estabilidad en la ausencia de un proceso de paz y sin formar una alianza con los palestinos moderados? Netaniahu estaba equivocado. Tal como se escribió aquí una y otra vez en los últimos meses, el conflicto israelí-palestino no existe en un vacío. Cuando no hay una tendencia hacia la paz, le sucede la escalada de violencia. La decisión de Netaniahu de no avanzar en la división de la tierra lo ha llevado al comienzo de una implosión política, la cual le impedirá ocuparse del objetivo de su vida: Irán.

Los primeros dos días de los ataques de misiles no le ocasionaron mucho perjuicio a Israel. En la mayor parte, la Cúpula de Hierro dio muy buen resultado. En la mayor parte, los israelíes han resistido los desafíos. Pero nadie sabe lo que depara el futuro o lo que traerá consigo el próximo misil. El dilema es un dilema difícil: por un lado, ningún estado puede soportar que violen su soberanía. Por el otro lado, meterse en la franja de Gaza es similar al hecho de meterse en una peligrosa trampa.


Será lo que será como se desarrolle la situación, pero ya está claro que dejó de existir la forma en como estaban las cosas hasta hace unas semanas. Explotaron las burbujas en las que hemos vivido. Se acabaron los años de tranquilidad. Ahora estamos cara a cara con el nuevo, salvaje y violento Medio Oriente.

Fuente: Haaretz.com

Traducción al español: Rodrigo Varscher

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