Una anécdota con Onetti

bionettiokEl escritor Onetti, su esposa, y su secretaria, fueron invitados por mi padre a nuestra casa de verano, en el balneario Atlántida, muy cerca de Montevideo. Ante tan trascendente visita, cada uno de nosotros debía cumplir su parte. Mi madre, hacer ravioles de verdura caseros. Mi hermano, esperarlos en la terminal de ómnibus. Yo, tender la mesa y ubicar a la vista "las poesías de la nena".

 Mi padre, como buen periodista, marcó los tiempos, primero ir todos a la playa y luego, al almuerzo.

Mis quince años, me daban vuelta en la cabeza. Los largos rulos negros recién cortados me repensaban casi calva...

¡Por fin llegaron!

Luego de las presentaciones, entre risas y abra- zos, marchamos todos a la playa.

A mi madre, se le ocurrió que debíamos sacarnos una foto para "la posteridad". Un amigo de mi hermano nos registró. Aún hoy la conservo. La publiqué en mi site y la cedí a varios investigadores.

En la misma, Onetti de pie, sin sus gruesos lentes, serio y de perfil, parecía un actor de cine. Todos los demás estábamos de frente y sonriendo, como siempre.

Mi padre con su tremenda camisa a cuadros, no se animó a fotografiarse con el torso desnudo y sin los lentes, como lo hiciera su amigo.

De vuelta de la playa y ya prontos para almorzar, ocupamos nuestros planificados lugares. Mis padres en las cabeceras. Onetti entre su esposa y su secretaria. Enfrente, mi hermano y yo, juntos como siempre.

Luego del primer plato, mi madre se levanta y trae la fuente de ravioles, mi padre, parado detrás de Onetti, me hace gestos para que le pregunte por "mis poesías".
¡Estaba muerta de vergüenza!

Al final, tuvo que ser mi padre el que le preguntara, "... y, Onetti, ¿qué tal las poesías de la nena?"

A lo cual el genial Escritor contestó, "LAS POESÍAS DE LA NENA NO SÉ, ¡PERO LOS RAVIOLES DE JUANITA ESTÁN SENSACIONALES!"

Su sentido del humor desafiante y brutal sin duda cambiaron la expresión de mi juvenil rostro, a tal punto que Onetti, mirándome fijamente, agregó con una sonrisa compasiva, "¡PERO EN TI, ENCONTRÉ UN PERSONAJE!". Nunca supe, lo que quiso decir.


De inmediato mi padre, casi de un salto, se levanta regresando con un ejemplar de "Folksblat", diario del que fuera Director, y agitándolo, le dice a su amigo con una sonrisa vengativa, "mira, aquí, publiqué un cuento tuyo, en idish".

El escritor, dio vuelta el diario, por todos lados tratando de entender. Al final resignado dijo: "¡es la primera vez que se publica un cuento mío y no lo puedo leer!"

Nunca mas vi a Onetti.
Mi madre siguió haciendo ravioles de verdura. Yo dejé de escribir.
Comencé a dibujar.

RAQUEL ORZUJ—"ms. orzuj" —nació en Montevideo, Uruguay. Se formó en el célebre Taller Torres García. Con un estilo propio y muy particular, su obra se caracteriza por un insólito equilibrio entre Arte y Arte de Humor. En la década del 70, la situación vivida en Uruguay y el atentado político a su hermano marcaron su vida y su obra. Sus viñetas y caricaturas eran publicadas en el exterior, transformándose así en una de las escasas Editorial Cartoonist de Sudamérica. Participó en numerosas exposiciones internacionales, recibió múltiples premios, acervos de Museos Internacionales poseen sus obras, integró jurados y presentó libros. Sin embargo, la artista uruguaya destaca siempre la invitación de la Universidad de Alcalá en España a realizar maestrías de Talleres de humor con niños minusválidos y la increíble experiencia con reclusas de la Penitenciaría de Mujeres en Madrid, entre otras experiencias didáctico creativas que también realizó en Estados Unidos en los Wittyworld Editorial Meetings. Fue codirectora del documental "Resplandor de la memoria"-Vida y obra de Raquel Orzuj, finalista en varios festivales y protagonista del documental "MS. ORZUJ" (Escuela de Cine de Uruguay.

Fuente: Cinemag

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