Cuando Rajel Fraenkel recitó el Kadish, el rabino en jefe dijo “Amén”

funeralokEn Israel, nunca antes una mujer ortodoxa de tal talla había pronunciado el Kadish de duelo en público y en frente de las cámaras.

Por muchos motivos, quedará grabada profundamente en nuestra memoria el asesinato de los tres jóvenes. Los motivos más visibles están relacionados con la seguridad y con la política, y quizás también con los aspectos sociales de la historia. Pero desde una perspectiva religiosa, los funerales también tuvieron un momento trascendental, un momento personal de importancia pública de gran alcance.

 Al finalizar los panegíricos pronunciados delante del cubierto féretro de Naftalí Fraenkel en el Kibutz Shaalvim, su madre, Rajel Fraenkel, se puso de pie para recitar el Kadish junto con su marido Avi y con su hijo menor Shlomo. Este no fue ningún acto de efusividad: fue el acto de una afligida madre que dijo Kadish por su hijo, al sumergirse en el texto arameo.

Aun así, tuvo mucha importancia el hecho de que lo hiciera delante de una gran multitud de personas, en las que figuraban el rabino en jefe David Lau y el rabino Iaacov Shapira, el decano de la Ieshivá Mercaz HaRav, quienes estaban sentados en la primera fila, y los miembros de la Knéset que concurrieron al funeral, quienes casualmente o no, pertenecen a los círculos nacionales-religiosos o al Shas.

Es probable que la mayoría supiera de mujeres que recitan el Kadish, pero no se sabe con certeza si alguna vez habían tenido la oportunidad de responderle "Amén" a una mujer que realmente lo recitara. Lo que es más importante, la mayoría de los millares de personas presentes y el número aún mayor de personas que miraron el funeral en sus casas, nunca habían visto antes a una mujer recitar el Kadish

Está ganando fuerza el hecho de que las mujeres reciten el Kadish de duelo, en particular en las comunidades ortodoxas modernas. Aunque cuente con el visto bueno de los rabinos, esto nunca había estado tan expuesto como lo estuvo el martes, y aún sigue lejos del consenso.

Rajel Fraenkel se convirtió en una líder pública, en una heroína nacional así como en una heroína religiosa, lo cual es de igual importancia, durante los 18 días en los que estuvieron desaparecidos su hijo y sus amigos. Tanto hombres como mujeres la miraron con admiración por lo moderada que se mostró, por su fe y por las profundas declaraciones que hizo sobre las plegarias que se ofrecieron para que retornaran los tres jóvenes. La declaración que hizo ante las adolescentes que rezaron con ella en el Muro de los Lamentos de que "Dios no es nuestro sirviente" dio a conocer un nuevo lenguaje religioso.

El Kadish (plegaria que está completamente en arameo y que no menciona la muerte en ningún momento, sino que solo alaba a Dios y expresa el anhelo de que se engrandezca su nombre) puede ser recitado solamente en un minián, o quórum de 10 hombres. Por ese motivo es que hay tanto interés público en el mismo y en el deseo de que las mujeres puedan recitar el Kadish de duelo por sus padres o por otros parientes en sus propias sinagogas.

En la literatura judeo-legal figuran relatos de mujeres que recitaban el Kadish, y algunas autoridades competentes en la ley judía, tales como el rabino Aaron Soloveitchik y el rabino Ovadia Iosef de nuestra generación, lo permitieron. Pero le permitieron a las mujeres recitarlo solamente en privado, nunca en la sinagoga principal (la mujer tenía que convocar un quórum para rezar en su propia casa), y solo si la hija del difunto no tenía ningún hermano varón que pudiera recitarlo por ella.

Algunos rabinos comunitarios les permiten a las mujeres recitar el Kadish en la sinagoga dependiendo del caso que se presente. Un rabino de época más reciente que permitía abiertamente que las mujeres lo recitaran en su sinagoga era el rabino Menajem Froman de Tekoa, quien falleció el año pasado. Recientemente, la organización Beit Hilel publicó una responsa religiosa que estudia el tema, la cual se inclina a que las mujeres reciten el Kadish en público.

Pero existe una gran diferencia entre un trabajo teórico publicado por un grupo que se identifica con los círculos liberales y el verdadero hecho de que una mujer lo haga (mujer que es heroína y símbolo para muchas mujeres y para muchos hombres dentro del sector religioso) en frente de las cámaras. Podría llegar a decirse mucho sobre su acto y sobre cómo ingresan al ámbito privado y personal no solo los aspectos nacionales del duelo sino también los aspectos religiosos del mismo. Pero lo que es significativo, no se puede dejar a un lado su acto como si proviniera de los círculos religiosos liberales.

Provino del centro de la comunidad nacional-religiosa, al margen de la comunidad jaredí sionista, aunque tales definiciones pueden ser engañosas. Surgió en una cierta parte de esta comunidad un pequeño movimiento religioso feminista que es especialmente vital. Sus integrantes, quienes están totalmente comprometidos con la observancia religiosa, están ocupados con estudios judíos de alto nivel, pero también sobrepasa los límites de las convenciones sociales en otras áreas, incluso si no viola la propia ley.
Justo en esta semana se publicó un libro en hebreo de responsas religiosas titulado ¿Cuál Es Tu Deseo, Ester? Se te cumplirá bajo los auspicios del rabino Shlomo Riskin de Efrat. El movimiento religioso feminista no es algo nuevo. Durante muchos años, ha estado adoptando forma con la plena colaboración de rabinos ortodoxos de categoría, pero no todos los días consigue el tipo de publicidad que genera una mujer al recitar en público el Kadish.

No es sorpresa que Rajel Fraenkel, conocida por muchos hombres y por muchas mujeres como Rajel Shprejer Fraenkel, tenga participación fundacional en ese movimiento. Es la directora del Curso Avanzado de Halajá en Matan, un instituto de mujeres de estudios judíos de alto nivel ubicado en Jerusalén, el cual a pesar de su innovadora naturaleza feminista ha permanecido dentro de las convenciones sociales de la sociedad ortodoxa. Shprejer Fraenkel da clases también de ley judía en Nishmat, otra institución de mujeres de estudios judíos de alto nivel en Jerusalén. En ambos lugares la llaman "Rabanit", título que normalmente se reserva para las esposas de los rabinos, pero en su caso el título vale por sí mismo, el cual le es otorgado en virtud de sus estudios.


Durante años, tanto hombres como mujeres se han puesto en contacto con ella y otras mujeres, conocidas como asesoras halájicas (en hebreo, ioatzot halajá), para orientarse en cuestiones de la ley judía. Pero ahora, por primera vez, en las trágicas circunstancias del asesinato de su hijo, decenas de miles de personas respondieron a su plegaria con un "Amén".

Fuente: Haaretz.com

Traductor: Rodrigo Varscher

 

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos