Por qué tiene razón Rivlin: El reformismo no es judaísmo

rivlinokAl haber desestimado al movimiento reformista, el presidente que salió electo en Israel cometió un solo pecado: el de la honestidad. Como él dice, solo la ortodoxia es la heredera legítima de la tradición judeo-religiosa.

 En los viejos tiempos, antes que se volvieran de rigor en los autos los asientos envolventes contorneados, el asiento delantero de los vehículos familiares –en especial, los grandes –fue en un momento un objeto con apariencia de sofá que podía sentar cómodamente, y en muchas ocasiones lo hacía, a tres adultos a lo largo. La escena: el Sr. y la Sra. Weisskopf, ciudadanos de cierta edad, se dirigen en auto a algún lugar. La señora se encuentra acongojada y el marido le pregunta qué le sucede.
"¿Te acuerdas –dice ella, melancólica pero con rencor inconfundible –lo cerca que nos sentábamos en nuestras idas en auto? ¡Míranos! ¡Estamos sentados en extremos totalmente opuestos!"
El hombre queda perplejo, como bien podría estar. "Pero querida –contesta él, mientras la mira de costado con las manos firmes en el volante – ¡estoy conduciendo!"
Me viene a la mente esta misma historia de siempre luego de haber leído algunas reacciones que tuvieron los líderes reformistas tras la elección de Reuven "Rubi" Rivlin como presidente de Israel.
"Podrá ser de mente abierta para una cierta variedad de temas –declaró sobre el presidente electo Uri Regev, rabino reformista que actualmente encabeza la organización de "pluralismo religioso" Jidush –pero ya tenía formada su opinión" sobre la definición del judaísmo. Es "el mismo israelí tradicionalista y anti-liberal de mente cerrada".
El ex-líder reformista, el rabino Eric Yoffie, expresó un juicio similar en Haaretz días anteriores a la elección de Rivlin, advirtiendo seriamente que espera que "los candidatos a la presidencia actúen adecuada y respetuosamente para con todos los elementos del mundo judío".
Y el actual director del movimiento reformista, el rabino Rick Jacobs, le escribió a Rivlin una carta abierta en la cual le recordaba al presidente electo israelí sobre la "aturdidora insensibilidad" que había demostrado hacia "la religiosidad dominante de la colectividad judía norteamericana" y expresó su esperanza de que "usted esté dispuesto a actualizar las visiones duras y bastante poco ilustradas que tiene de nuestra dinámica, seria y estimulante expresión del judaísmo".
Desde luego que el pecado de Rivlin fue haber sido honesto, y quizás un poco franco para el paladar estadounidense. Aunque bien lo conocieran por ser él mismo un laico, se animó, allá por el año 1989, luego de visitar dos sinagogas reformistas, a compartir su evaluación del movimiento judío liberal, denominándolo como "una religión completamente nueva que no tiene relación con el judaísmo".

Luego en el año 2006, expresó su opinión y dijo que "no tiene duda...de que el status del judaísmo según la Halajá sea lo que nos haya permitido seguir existiendo durante 3.800 años" y que "fuera de eso no existe nada más".

La última voz en sumarse al coro de críticas de las desprevenidas opiniones sobre Rivlin fue la de Charles A. Kroloff, rabino emérito de una de las sinagogas que visitó Rivlin en 1989. Recientemente expresó su "esperanza" de que Rivlin, a lo largo de los años, haya llegado a entender que "si hemos de ser fuertes, debemos respetar a nuestros hermanos judíos, y si hemos de sobrevivir, nosotros los judíos debemos ser un pueblo unido".

Por supuesto que está en lo correcto el rabino Kroloff, aunque su opinión no tiene nada que ver con la cuestión de cuáles son las teologías que pueden reivindicar adecuadamente el hecho de ser las herederas legítimas de la tradición judeo-religiosa y cuáles no.

Durante milenios, esa tradición religiosa labró, y sigue labrando hasta el día de hoy, ciertas creencias fundacionales: creencia en un Creador, en la historicidad de los antepasados judíos, en el éxodo de Egipto y en la revelación del Sinaí; y en la naturaleza eterna de la ley que allí se transmitió al pueblo, a nuestros antepasados, quienes fueron elegidos divinamente para ser un ejemplo para toda la humanidad.

El año anterior a que Rivlin visitara la sinagoga del rabino Kroloff, murió un nobel, el célebre físico I. I. Rabi. Habiendo nacido en Galicia y crecido en los Estados Unidos, carecía de la franqueza de un israelí. Pero cuando se le preguntó sobre su fe, Rabi expresó mucho del mismo sentimiento que expresó Rivlin unos pocos meses después.
"...Si me preguntas de qué religión soy –dijo –digo que soy de la 'hebrea ortodoxa', en el sentido de que la iglesia [sic] a la que no voy a concurrir es esa. Si fuera a una iglesia, esa es a la que iría. Esa es a la que le fallé. No significa que yo sea otra cosa..."

Lo mismo sucede con todo judío, sin importar cuál es el prefijo que lo hayan convencido para que colocase delante de "judío" en su auto-descripción. Los judíos son judíos. Y, más allá de lo que pueden llegar a imaginarse algunos judíos, el judaísmo es el judaísmo.

Al igual que la Sra. Weisskopf, pueden llegar a sentirse ofendidos los líderes de la "religiosidad dominante de la colectividad judía norteamericana" por insistir tenazmente en la tradición judeo-religiosa original, y pueden llegar a sentirse molestos por lo distante que se encuentra esta de ellos. Pero fueron ellos, y no ésta, quienes crearon la distancia.

Y quienes observan de manera objetiva notan fácilmente lo que los líderes no se animan a enfrentar, lo cual es que hoy en día, como siempre lo ha sido, hay solo un judaísmo, el original.

El rabino Avi Shafran trabaja como Agudat Israel del director de asuntos públicos y blogs de los Estados Unidos en www.rabbiavishafran.com. Su colección más reciente de ensayos se titula "It´s All in the Angle" (Judaica Press, 2012).

Traducción: Haaretz.
Traducción al español: Rodrigo Varscher

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