Momento para elegir: ¿liberalismo o sionismo?

banderaisraelneuvaNo es fácil ser un sionista liberal. Denunciado por los sionistas de derecha por no ser lo suficientemente pro-Israel y discriminado por los anti-sionistas de la izquierda por no ser lo suficientemente universalista, el sionista liberal está constantemente defendiéndose.

¿Cómo pueden combinar su compromiso con el estado judío con su compromiso con la democracia liberal? ¿Cómo pueden apoyar a Israel cuando reprime a los palestinos?

¿Cómo pueden criticar a Israel cuando es víctima de terrorismo, rechazo y anti-semitismo? ¿Cómo pueden alinear con los enemigos de Israel?

Enfrentados con tales preguntas de la izquierda y la derecha, los sionistas liberales han defendido al estado de Israel como estado judío y democrático (muchas veces ignorando el hecho de que los árabes componen el 20 por ciento de los ciudadanos). También apoyan el establecimiento de un estado palestino en los territorios ocupados. Para los sionistas liberales, una solución con dos estados es necesaria, moral y estratégicamente para Israel, y para ellos. Es la única forma de juntar su sionismo con su liberalismo; su apoyo a Israel con su apoyo a los derechos humanos y la igualdad.

Mientras la solución de dos estados sea posible, el sionismo liberal tiene sentido, al menos para sus miembros. Esta es la razón por la que los sionistas liberales pusieron sus esperanzas en el proceso de paz apoyado por Estados Unidos entre Israel y los palestinos. A pesar de que muchos israelíes y palestinos perdieron sus esperanzas de que el proceso de paz se lleve a cabo y ahora lo ven con cinismo, los sionistas liberales, especialmente aquellos en Estados Unidos, aún creen en él. Apoyan con entusiasmo a organizaciones estadounidenses judías, como J Street, que lo promueven. El proceso de paz proyecta el sueño de los sionistas liberales - dos estados para dos pueblos, viviendo pacíficamente como vecinos. Mientras haya un proceso de paz, su sueño sobrevive.

El fracaso del Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, fue un duro golpe para los sionistas liberales. En los últimos nueve meses, dejaron de lado sus dudas y esperaron que Kerry presione a Benjamin Netanyahu y Mahmoud Abbas para tomar las decisiones necesarias para llegar a un acuerdo de paz. A pesar de la evidencia que indicaba todo lo contrario, los sionistas liberales creían que esta vez las cosas saldrían de forma diferente. Si bien todos los gobiernos de Estados Unidos que intentaron llegar a la paz fracasaron, el de Obama podría tener éxito; Bibi nunca demostró su capacidad de liderazgo, ahora lo haría; Abbas ya rechazó una propuesta, esta vez la aceptaría.

Ahora está claro que el proceso de paz actual no va a terminar con el conflicto. Incluso si el diálogo continua, no es probable que se alcance un acuerdo. Sin él, la solución de dos estados es imposible, dado que solo puede ser alcanzada por consentimiento mutuo, en lugar de acciones unilaterales (como la retirada israelí de Cisjordania o que los palestinos tengan su lugar en las Naciones Unidas).

El aparente fin del proceso de paz obliga a los sionistas liberales a enfrentar una dolorosa pregunta que muchos desearían evitar: si una solución con dos estados es ahora imposible, ¿deben apoyar una solución con un único estado? ¿Deben aceptar que la única forma de terminar con la ocupación es defender la igualdad de derechos para los judíos y los palestinos en Israel/Palestina? A pesar de que darle la ciudadanía a los palestinos que viven en Cisjordania marcaría el fin del estado judío, ¿cuánto más pueden aguantar los sionistas liberales en esta situación?


Una solución con un único estado es tan poco probable como una con dos estados, una guerra civil es un resultado más probable que la coexistencia pacífica. Puede que este largo e interminable conflicto no pueda ser solucionado, por lo menos no en el futuro cercano. En ese caso, los sionistas liberales deben aceptar que no hay forma de unir su sionismo con su liberalismo. Deberán abandonar uno de ellos, o aprender a vivir con la constante tensión que hay entre ellos. Sea cual sea su elección, hará que sea más difícil ser un sionista liberal.

Fuente: Haaretz.com

Traductora: Mariel Benedykt

 

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