A los líderes israelíes de la actualidad les faltan las cualidades que marcaron a sus fundadores

menajemokNinguno de ellos representa la visión bíblica, o la agilidad política, como Menajem Begin, quien no tiene ningun heredero.

La generación de los fundadores de Israel está desapareciendo. Ariel Sharon, que dejó una marca indeleble en la historia y el mapa de Israel, falleció después de pasar ocho años en coma. Este mes, Meir Har-Zion, el valiente y controversial soldado que ayudó a crear la Sayeret Matkal, falleció a los 80.

 Este verano, Shimon Peres, quien tiene ahora 90 y es el último sobreviviente del grupo de David Ben Gurion, se va a retirar de la presidencia de Israel y, supuestamente, se alejará de la vida pública.

Ciertamente, hay políticos con cierta conexión con la generación de los fundadores, entre los cuales se destaca Isaac Herzog - conocido como Buji - cuyo abuelo, Yitzjak HaLevi Herzog, fue el primer Rabino Supremo de Israel, y cuyo padre, Chaim Herzog, discípulo de Ben Gurion, fue el sexto presidente del país. Sin embargo, de cierta forma, estamos viviendo en la era post-fundadores: No hay forma en la cual el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, cabeza del Likud, pueda ser visto como el heredero del fundador del partido, Menajem Begin.

La desaparición de aquellos que vivieron - y crearon - el período heroico del establecimiento de Israel nos hace preguntar: ¿Por qué no hay nadie en la generación actual de líderes, quienes están profundamente comprometidos con el Estado de Israel y el pueblo judío, que pueda tomar el legado de sus anteriores?

La respuesta está, quizá, en la diferencia en la forma en la que los miembros de la generación de la Independencia percibían su judaísmo. Estos eran hombres que salieron de Europa, cuyos hijos habían sido educados como judíos. Tenían como objetivo crear un estado que marque el renacimiento del pueblo judío en su tierra ancestral.


Esto se aplicaba sobre todo al caso de Begin, quién observaba el mundo através de la Biblia. Él pensaba que la Biblia era el pacto de los judíos con su tierra. El Tanaj le dio a Begin un tiempo y propósito - de uan forma característica a él. Devoto a los judíos, el creía que también los otros pueblos habían sido creados en la imagen de Dios. Siendo un hombre de mucha fe, él entendía la diferencia entre una visión bíblica y una ideología cerrada.

En Israel, es difícil encontrar líderes que convinan una convicción tan profunda con generosidad de espíritu. Los líderes de Israel no piensan tanto en términos bíblicos; Israel ya no produce gente con conocimientos de la Biblia, y menos aún convicción.

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Begin no era "observante" en el sentido que usamos en la actualidad, pero siempre fue una persona de profunda fe en el judaísmo para quien el Tanaj era el mapa a seguir en la vida. Continuaba con la tradición de la casa de sus padres, en la que los hijos jugaban con su padre: Recitaban el comienzo de un verso bíblico, y su padre tenía que completarlo. Era imposible hacerlo perder, Begin recordaba. La Biblia era el texto, el libro.


Cuando fue electo en 1997 - una sorpresa tanto para la nación como para él - Begin fue entrevistado por un grupo de periodistas que le preguntaron si tenía algo para decir. Begin sacó una kipá de su bolsillo y respondió que sí, quería decirle algo a Aliza, su esposa y amor de su vida: "Recuerdo la devoción de tu juventud, tu amor como novia - Como me seguiste al desierto, en una tierra sembrada por minas." Era, por supuesto, una cita al famoso verso de Jeremias 2:2, en el que Dios le dice al pueblo judío:

De ti recuerdo el cariño de tu juventud, el amor de tu desposorio, de cuando me seguías en el desierto, por tierra no sembrada.

Enfrentado a montones de cámaras y a la sorpresa de su elección, Begin hizo lo único que sabía hacer: tomó inspiración de la Biblia que siempre lo enriquecía. Lo mismo pasó en Junio de 1981, cuando ocho aviones israelíes se prepararon para despegar hacia Iraq, donde detruyeron el reactor nuclear de Osirak. La inteligencia israelí había preparado material para que Begin revisara, para prepararse por lo que Saddam Hussein pudiera hacer tras el ataque. Sin embargo, entre que los aviones despegaron, bombardearon el reactor, y regresaron, Begin no había abierto ninguna de las carpetas. En cambio, caminó por su oficina recitando suavemente salmos (según Yehuda Avner, quien estaba presente y me lo relató ). Era un momento de mucha tensión y peligro para el estado judío. En lugar de ocuparse con información clasificada, Begin se tranquilizó leyendo de la Biblia.

No era simplemente una cuestión de fe. La Biblia, después de todo, es un libro con una gran visión histórica. Los eventos relatados en el Tanaj - los comienzos del pueblo judío, la esclavitud en Egipto y la libertad, la marcha hacia nuestra tierra, la conquista, los reinos y la pérdida de los reinos - mostraban un período de la historia del universo. Begin veía al mundo de esa manera.

Cuando las negociaciones entre Israel y Egipto en 1078 se estancaron, el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter intentó presionar a Begin. Era, según Carter, "una oportunidad que no se volvería a presentar". La visión de Begin era demasiado bíblica, por lo que creía que habrían infinitas posibilidades de renacimiento para los judíos. Respondiendo a Carter en televisión nacional israelí, Begin expresó una perspectiva bíblica al decir: "Nuestro pueblo vivió miles de años antes de Camp David, y vivirá miles de años después... Si nos dicen que esta es la última oportunidad de alcanzar la paz, no estaremos de acuerdo: No hay "últimas oportunidades" en la vida."


El hecho de que Begin no cedió ante la presión estadounidense y aquella internaiconal, fue porque había heredado la noción bíblica de que el rol del judío es estar solo. Reagan lo presionó; el mundo lo podía odiar. Carter podría amenazarlo y luego llamarlo "psicótico". La revista Time podía escribir de él antes de las elecciones bajo el título de "Begin rima con Fagin". Nada de eso lo afectaba. ¿Qué diferenciaba a eso del odio que los judíos siempre habían sufrido?

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Begin mostraba certeza teologica pocas veces. Cuando los aviones volvieron de su misión en Osirak, se cuestionó si la misión era un milagro o "solamente" un logro militar extraordinario. "Gracias a Dios que tenemos pilotos así," dijo.

Creía en el mal irreparable, y creía que los judíos tenían derecho a la tierra de Israel. A pesar de esa aparente certeza teologica, mostraba menos convicción que muchos políticos de hoy. En el transcurso de su carrera, un propósito: la seguridad del puelbo judío, lo llevó a convertirse en un antema para ambos lados de la política israelí.

Cuando los británicos controlaban Palestina y sus fronteras, no había lugar hacia el cual los judíos de Europa pudieran escapar. Los británicos debían irse para salvar a los judíos. Begin lideró el Irgun, bombardeó el Hotel King David - junto con Hagana y Leji- e hizo lo necesario para abrir las fronteras. Fue por eso que se convirtió en un anatema para la izquierda. Décadas después, cuando tuvo la oportunidad de llegar a un acuerdo con Anwar Sadat, renunció al Sinai, y enfureció a la derecha.

Menachem Begin era, sin duda, un lugar de la derecha política. También heredó el universalismo de la Biblia y con él, un respeto al mundo gentil que no es común en la derecha. Fue Begin quien recibió a los refugiados de Vietnam que no tenían agua ni comida en el Mar del Sur de China; la Biblia insistia en que no se puede ignorar la necesidad de los desconocidos. Comparemos eso con la deportación de refugiados sudaneses y la forma en la que muchos políticos israelíes se refieren a ellos.


Begin creía que Dios le dio a los judíos Judea y Samaria, por lo que apoyaba al movimiento de los asentamientos. Cuando la Corte Suprema decidió en 1979 que Elon More había sido construído en territorio expropiado ilegalmente, Begin cedió inmediatamente. "Hay jueces en Jerusalén,"dijo haciendo referencia a la insistencia de Tanaj sobre el importante papel de la ley y los jueces en la sociedad. Comparemos ese compromiso con la ley con aquel de los haredim en Israel, con su disposición a usar violencia en contra del estado, o de los asentamientos en Cisjordania donde queman mezquitas y árboles que le pertenecen a los palestinos. El hecho de que estas acciones se hacen en nombre del pueblo judíos hubiera dejado a Begin sumamente confundido.

Begin no cultivaba seguidores. En 1983, cuando renunció a su posición y asumió Yitjak Shamir, le pidieron que le de su bendición al nuevo primer ministro. "No soy un rey," Begin contestó. "No tengo herederos."

Fuente: haaretz.com

Traductora: Mariel Benedykt

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