Ariel Sharon: El líder que casi fue de Gaulle

arikdosokEl Primer Ministro israelí Ariel Sharon fue capaz de hacer lo que la izquierda quería y nunca había tenido el mandato para hacer, pero su acto final permanece un trabajo en progreso.

 La vida de Ariel Sharon refleja, hasta cierto punto, los muchos trastornos que sufrió el Estado de Israel. Así como el joven miembro de la Haganah (un ejército clandestino) de Kfar Malal se convirtió en un comandante militar, la fuerza detrás de los asentamientos, y un símbolo de la agresión israelí – se manifestó en la decisión de comenzar la primera Guerra del Líbano en 1982 – Israel pasó de ser David enfrentando a Golliath a un poder militar regional. En cierto punto, Sharon - como el resto de Israel – llegó a entender los límites del poder y sus peligros inherentes.

Cuando Sharon sorprendió a los miembros de Likud a comienzos del 2005 con la desconexión de Gaza diciendo que el control de los territorios no era únicamente malo para los árabes sino también para los judíos, estaba claro que el realismo y la sobriedad habían superado la intoxicación con poder que caracterizaba al Israel post-1967.

El cruel dialecto de la política únicamente le permitía a los de la derecha hacer lo que la izquierda quería pero no podía hacer. Hay una gran similitud con Charles de Gaulle. Mientras que los socialistas franceses querían retirarse de Algeria, no podían llegar a la mayoría requerida para realizar el cambio. Fue de Gaulle con el slogan "Larga Vida a Algeria francesa" quién puso fin a 130 años de control francés sobre el estado del norte de África, resultando en la movida de más de un millón de franceses.

Desde la perspective de Sharon, la desconexión constituía el primer paso de un proceso que seguiría en Cisjordania, con su nuevo partido, Kadima, dando el apoyo público necesario. La diferencia entre ellos, obviamente, es que de Gaulle tuvo éxito al aplicar su política, mientras que el esfuerzo de Sharon se detuvo a medio camino.

¿Qué causó el cambio de dirección de Sharon? Para empezar, a pesar de que él inició al partido Likud, sus orígenes no estaban en el movimiento revisionista, sino que en el laborista. Sharon era un halcón, pero un halcón de la seguridad, no ideológico – a pesar de que hubo momentos en los que usaba lenguaje del tipo "Gran tierra de Israel". Por lo tanto, cuando se convencía de que la presencia israelí en Gaza no era un bien estratégico, sino que una carga, tenía el coraje emocional y moral necesario para tomar la decisión de retirarse de la Franja y sacar a las comunidades judías de ahí.

Es necesaria una considerable honestidad intelectual combinada con determinación – por no decir brutalidad – para tomar tal decisión.

Debemos considerar también la decisión de llevar a cabo la desconexión. Sharon, cuya carrera política se vio destruida después de la primera Guerra del Líbano, aprendió lecciones de esa experiencia que muchos otros nunca aprenden, y esto se manifestó en sus palabras y acciones.

Para empezar, empezó a entender los límites del poder israelí. A pesar de que Israel tiene el poder militar más fuerte de la región, no tiene el poder para eliminar el movimiento de liberación palestina o para forzar a los palestinos a aceptar el control israelí sobre sus territorios.

Segundo, dada la forma en la que la Guerra del Líbano polarizó al país, Sharon entendió que, en el futuro, cuando Israel enfrentara la elección de empezar una guerra o hacer la paz, se debía hacer todo el esfuerzo posible para que el partido laborista permanezca en el gobierno. Lo hizo después de ser electo Primer Ministro en el 2001, encargando a Shimon Peres con los asuntos internacionales y el Ministerio de Defensa a Benjamin Ben – Eliezer. Formando Kadima expresó su deseo de establecer una fuerza céntrica en el mapa político que pueda atraer a moderados tanto de la izquierda como de derecha.


Los admiradores de Sharon van a pasar mucho tiempo discutiendo su legado. Es uno complicado; los asentamientos en Cisjordania están dificultando el proceso. La desconexión de Gaza señala en una dirección; que con pasos unilaterales, aunque sea sin acuerdo con los palestinos, Israel puede reducir su control sobre ellos, preservando su seguridad y sobreviviendo como estado judío.

Fuente: Haaretz.com

Traductora: Mariel Benedykt

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