Cuarto Aniversario de Tu meser

ianai5okEl cuatro no tiene la carga simbólica de otros números en el judaísmo, como ser el diez, el siete, el dieciocho. En realidad, como el "Ejad mi-iodea" que cantamos al finalizar el Seder de Pesaj, cada número tiene un significado, una asociación, cada número "nos habla".

 El número cuatro no está exento de denotación pero es eso, un número más en camino a otros números. El proyecto tumeser.com cumplió cuatro años este noviembre pasado y pasó sin mayor trascendencia, en medio del esfuerzo semanal que un grupo de gente hacemos para ofrecer material de calidad acerca del ser judío. Sin grandes ni pequeñas celebraciones. En la mejor tradición del sitio web, nos planteamos reflexionar. Ese es el espíritu de los apuntes que nuestra editora Janet Rudman y dos de nuestros más cercanos colaboradores comparten con nosotros, en la esperanza de que quienes aun no conocen el sitio se sientan motivados a hacerlo.

La Agadá de Pesaj nos habla de cuatro copas, cuatro preguntas, cuatro hijos, y cuatro matriarcas. Las cuatro copas representan el progreso de una narrativa; las cuatro preguntas son nuestra forma de ver la vida: no hay respuestas, sino preguntas; los cuatro hijos son la diversidad en la perspectiva; y las cuatro matriarcas representan la pluralidad de orígenes e historias personales.

Tumeser no es uno ni es binario, ni siquiera es triángulos superpuestos en búsqueda de relaciones absolutas o certeras. El cuatro representa el espíritu del proyecto. Podemos abordarlo desde los cuatro puntos cardinales. Como la tienda de nuestro patriarca Abraham, las puertas están todas (las cuatro) abiertas.

El cuatro no tiene la carga simbólica de otros números en el judaísmo, como ser el diez, el siete, el dieciocho. En realidad, como el "Ejad mi-iodea" que cantamos al finalizar el Seder de Pesaj, cada número tiene un significado, una asociación, cada número "nos habla". El número cuatro no está exento de denotación pero es eso, un número más en camino a otros números. El proyecto tumeser.com cumplió cuatro años este noviembre pasado y pasó sin mayor trascendencia, en medio del esfuerzo semanal que un grupo de gente hacemos para ofrecer material de calidad acerca del ser judío. Sin grandes ni pequeñas celebraciones. En la mejor tradición del sitio web, nos planteamos reflexionar. Ese es el espíritu de los apuntes que nuestra editora Janet Rudman y dos de nuestros más cercanos colaboradores comparten con nosotros, en la esperanza de que quienes aun no conocen el sitio se sientan motivados a hacerlo.

La Agadá de Pesaj nos habla de cuatro copas, cuatro preguntas, cuatro hijos, y cuatro matriarcas. Las cuatro copas representan el progreso de una narrativa; las cuatro preguntas son nuestra forma de ver la vida: no hay respuestas, sino preguntas; los cuatro hijos son la diversidad en la perspectiva; y las cuatro matriarcas representan la pluralidad de orígenes e historias personales.
Tumeser no es uno ni es binario, ni siquiera es triángulos superpuestos en búsqueda de relaciones absolutas o certeras. El cuatro representa el espíritu del proyecto. Podemos abordarlo desde los cuatro puntos cardinales. Como la tienda de nuestro patriarca Abraham, las puertas están todas (las cuatro) abiertas.

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