Jerusalén y Babilonia | Y las narrativas jamás se encontrarán

jerusalembabiloniaok"Como soñadores" y "Goliath" cuentan historias completamente diferentes sobre Israel – a audiencias completamente diferentes.

 Dos libros nuevos sobre Israel están emocionando a los judíos estadounidenses pero dudo que muchos, o alguno, vayan a leer ambos. Uno de ellos es "Como soñadores" de Yossi Klein Halevi, que con un elegante estilo cuenta la épica historia de las vidas de siete soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel que pelearon en la batalla de Jerusalén de 1967, y como sus trayectorias individuales personificaron la subida de una vanguardia sionista, los asentamientos religiosos, y la caída de otra, los kibbutzniks laicos. El segundo es "Goliath" de Max Blumenthal, un recuento detallado del racismo y la injusticia hacia los no-judíos en Israel y una acusación a la etnocracia del sionismo. Dudo que tenga que explicar porque pocos judíos estadounidenses van a leer ambos libros, incluso son pocas las publicaciones que reseñaron ambos. Me sorprendería si a Klein Halevi o a Blumenthal les satisface que los mencione en la misma columna.


Me parece que estos libros están conectados – muestras dos visiones completamente divergentes de Israel que existen en Estados Unidos, particularmente entre los judíos, y a pesar de que su contenido es interesante, es aún más fascinante lo que no mencionan.


Los subtítulos de los libros son iluminadores. El de "Como soñadores" es: "La historia de los soldados israelíes que unificaron Jerusalén y dividieron una nación." Ahora Israel está dividido por distintos temas, y la narrativa de Klein Halevi de la descendencia y ascendencia de dos elites de Israel ciertamente lo cuenta muy bien, pero falla al describir problemas más profundos que enfrenta Israel.


Israel no está dividido entre kibbutzniks y religiosos; ninguno de los grupos constituye más de un pequeño porcentaje de la población y la mayoría de los israelíes tienen sentimientos encontrados sobre la influencia desproporcionada que tienen sobre la dirección del país. Klein Halevi cuenta la historia de Israel en las últimas cuatro décadas a través de los ojos de siete hombres; captura algunos aspectos extremadamente bien, probablemente mejor que cualquier otro autor, pero la desintegración de la utopía del kibutz y el auge del movimiento Gush Emunim, a pesar de que es una parte indispensable del desarrollo político de Israel, puede ser exagerado en su importancia.
Los cambios económicos y sociales, la fricción entre ashkenazim y sefaradim, la división entre laicos, ortodoxos y haredim, la brecha que separa a judíos de árabes, así como la imposibilidad de Israel de integrarse en la región, no son mencionados en el libro, a pesar de haber dividido a Israel más que la rivalidad entre el kibutz y los asentamientos. Pienso que es un libro que vale la pena leer, aunque demasiado romántico para mi gusto, pero los lectores no deben pensar que esta es la principal brecha que separa a la sociedad israelí.

El título lo dice todo

El libro de Blumenthal dice: "Vida y odio en el Gran Israel," que lo dice todo. Blumenthal admite que sabía poco de Israel antes de que llegara y tuvo algunas estadías prolongadas en el 2009, pero no parece haber aterrizado con mucha compasión. El libro que dice ser "sobre la tierra" contiene sus impresiones sobre los cuatro años que pasó en el país, y mucho material sobre la era antes de la independencia. Desde el comienzo, al lector no le queda duda de que Blumenthal quiere probar que Israel es una entidad racista, siempre lo ha sido, y no hay justificación moral para su existencia como estado judío.

Un crítico literario podría decir que "Goliath" está lleno de errores, carece de compasión por los judíos israelíes (y tampoco tiene mucha por los palestinos), y no tiene un contexto para llegar a las devastadores conclusiones a las que llega. La mayoría de estos defectos no importan porque "Goliath" acierta al contar los detalles del "Odio en el Gran Israel." Hay mucho racismo, odio, prejuicio e injusticia en Israel, y desafortunadamente es el caso en los gobiernos tanto de derecha como de izquierda. Eso no es ningún secreto. De hecho, muchas de las notas del libro son referencias a los medios israelíes.

Blumenthal no inventó el racismo israelí. No se ha hecho lo suficiente para resolver las contradicciones inherentes a Israel: ser al mismo tiempo un estado judío y uno democrático. Blumenthal podría haber sido menos radical en su retórica y haber evitado las comparaciones entre sionistas y nazis, pero eso no habría cambiado demasiado el libro. Para Blumenthal, la vida en Israel es odio y no hay comprensión para la vida en Israel o para los israelíes, o para cualquier otro contexto porque ese es el contexto.
Emocionantes respuestas

Blumenthal representa la visión de algunos judíos estadounidenses (también existe en otros lugares, pero esa es otra columna) de que el concepto de estado "judío" es repugnante racialmente. Actualmente es la visión de una minoría, pero hace un siglo era la actitud de la mayoría de los judíos estadounidenses. Era la visión oficial del judaísmo reformista en 1917 cuando sus rabinos se opusieron a la Declaración Balfour. Si Blumenthal debería haber agregado algo sobre la "vida" en Israel que no sea el "odio" es un argumento que no se puede presentar con alguien que no puede, o no quiere, ver más allá de ese odio.

Obviamente, es imposible para mí ponerme en los zapatos de otro lector y tratar de imaginarme si alguien que no era consciente del racismo en Israel puede ser convencido por toda la información que presenta Blumenthal, y aceptar su conclusión de que el proyecto sionista es inherentemente inmoral e injustificado. Cualquiera que lee el diario sabe lo difícil que es la situación y dudo si Blumenthal tiene algo para decirle que no sepa, o cambiar su opinión. Muchos pensamos que Israel tiene el mismo derecho de existir que cualquier otro estado. Nuestro debate es sobre los problemas que tiene Israel y cómo solucionarlo, no sobre si debe existir.

No es sorprendente que el recibimiento de ambos libros fue emocionante. "Como soñadores" tuvo reseñas positivas en las principales publicaciones judías, mientras que Goliath fue agasajado en las revistas y páginas web ultra-liberales o de la izquierda radical. La división refleja las visiones en la sociedad judía y Estados Unidos, pero sería interesante si cada lado del mapa se ve desafiado por la narrativa opuesta. Dudo que ese sea el caso.

Fuente: Haaretz.com

Traductora: Mariel Benedykt

 

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