La primera etapa del proyecto lanzado por la Biblioteca Nacional incluye copiar y guardar unas 250,000 páginas.
El contenido de casi todas las páginas webs israelíes será guardado en un nuevo archivo lanzado por la Biblioteca Nacional de Israel con la ayuda de cientos de miles de shekels que colaboró un filántropo, anunció ayer la biblioteca.
"Preservamos la cultura israelí, la memoria cultural, y la historia social, tanto israelí como judía," dijo el CEO de la biblioteca Oren Weinberg. "Hoy en día, parte de esa memoria está en internet. La cantidad de textos disponibles en páginas de noticias, blogs, páginas de poesía e investigación está creciendo, y queremos asegurarnos de que estos materiales sean preservados."
Con el lanzamiento del proyecto, Israel se une a la Biblioteca Inglesa, la biblioteca nacional del Reino Unido, que anunció un proyecto similar este año, y el Archivo de Internet, una organización sin fines de lucro de California que colecta material digital desde 1996, y trabaja junto a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. El archivo israelí cuenta con la colaboración de Archivo de Internet para copiar el contenido de todas las páginas. "En un principio nos van a asistir, y nos vamos a asegurar de guardar una copia de todo con nosotros," Weinberg explicó.
Durante la primera etapa, la Biblioteca Nacional va a copiar y guardar únicamente las páginas israelíes, aquellas con el sufijo ".il". Según Weinberg, esto incluye unas 250,000 páginas web y unos 150,000 sub-sitios. Weinberg dijo que el espacio de almacenamiento necesario puede llegar a docenas de terabytes anualmente (cada terabyte es 1,024 gigabytes). La biblioteca no va a guardar material que este bajo contraseña, como cuentas personales como aquellas de bancos o organizaciones de salud.
Al preguntarle si la biblioteca va a guardar páginas pornográficas, Weinberg dijo, "No somos selectivos, ciertamente no durante el escaneo inicial. Luego, asumo que vamos a ser más selectivos, particularmente con cosas que van a ser detectadas frecuentemente. Esta es la primera vez que se va a hacer una copia de un dominio entero, y vamos a analizar el data de cada colección y aprender de la primera vez que llevamos a cabo este proceso."
La Biblioteca Nacional ya tiene el derecho legal de escanear cada página con el sufijo .il. Aquel que no quiera que su página sea escaneada debe insertar una línea en el código de su sitio para que este no sea incluido en el archivo.
Desafíos legales complejos
Sin embargo, el proyecto presenta algunos desafíos legales complejos, explicó Weinberg. Hay mucho contenido sujeto a protección privada, o materiales que fueron publicados y luego eliminados de la página original por un pedido de la corte o por una persona que se sintió ofendida por el texto. "No vamos a violar una orden de la corte," él dijo. "Si ocurre que un anuncio fue eliminado y la corte determina que publicarlo sería violar la ley, vamos a guardarlo pero prohibir el acceso al mismo."
Parte importante de la actividad de internet de Israel se lleva a cabo en redes sociales que no tienen un sufijo .il, y algunas de las cuales, como Facebook, bloquean el acceso de buscadores como Google. La Biblioteca Nacional espera tener acceso a estas páginas en una próxima etapa.
"Nuestro objetivo es crear mecanismos que nos permitan copiar el contenido de las redes sociales – contenido que consideramos importante o relevante sobre la perspectiva del discurso público, social y político," dijo Weinberg. Él dice que esperan lograr escanear páginas importantes y obtener permiso de esas redes, o incluso de los dueños de las páginas, para archivarlas. En conclusión, agregó, el propósito es asegurarse que gran parte de la historia de internet de Israel no se pierda, como le pasó a gran parte del contenido de los 90.
Es hora de que nos superemos a nosotros mismos: las lecciones de la encuesta Pew
DONNIEL HARTMAN - 3 de octubre de 2013
Los datos rara vez forman o modifican nuestras opiniones. Preferimos seleccionar aquellos datos que justifican y reflejan eso que ya creemos. La publicación de la reciente encuesta de Pew, "Un retrato de los judíos estadounidenses", con su plétora de datos y cifras , ha provocado un tsunami entre los líderes judíos y los medios sociales, mientras todos nos apresuramos a buscar esos datos que pueden servir para justificar nuestros propósitos y preciadas "verdades" preexistentes, ya sea individuales o institucionales.
Este proceso tiene una característica de celebración y autocomplacencia. Por ejemplo, muchas voces israelíes encuentran en la encuesta la prueba que han estado buscando para justificar la afirmación sionista de la inviabilidad y la insostenibilidad de la vida judía en la Diáspora. Dentro de la ortodoxia, algunos encuentran la evidencia de la inviabilidad y la insostenibilidad de un judaísmo liberal. Muchas voces dentro de otras denominaciones encuentran pruebas que demuestran la superioridad de su enfoque. El discurso en torno a la encuesta asume invariablemente un "te lo dije". Sin embargo, cuando uno se libera a sí mismo de las propias lealtades ideológicas e institucionales, la encuesta proporciona información y visiones importantes sobre la naturaleza de nuestro pueblo y caminos futuros que merecen ser considerados.
Un hecho interesante expuesto por la encuesta es la escasez de desplazamiento de menos a más observante. Cada vez con mayor frecuencia, la gente abandona sus denominaciones para pasar a ser judíos sin religión, pero rara vez acrecientan su compromiso con la tradición, con los consiguientes requerimientos de fe y práctica. La lección fundamental que hay para aprender es que todos tenemos que superarnos a nosotros mismos. El hecho de que nuestra denominación o creencia "tenga más éxito" en el compromiso de sus adherentes con el judaísmo, con la crianza de los niños de forma judía y con el Estado de Israel, es simplemente irrelevante. Quienes son más o menos observantes no cambiarán si el cambio implica la aceptación de premisas y categorías religiosas que en el momento actual les son ajenas o están ausentes de sus vidas.
La diversidad no es el producto de fallas en la educación o de la falta de exposición de un grupo a la verdad y a la belleza del otro. Nos diferenciamos judaicamente porque, como personas, tenemos diferentes conceptos acerca de la esencia de nuestra tradición y diferentes enfoques en cuanto a lo que torna una vida en una vida de valor. La pluralidad de judaísmos evidente es el resultado de una brecha ideológica y no de una falta de conocimiento.
El desafío fundamental que enfrentamos con respecto a la futura vitalidad de la identidad judía y el compromiso con el judaísmo de nuestro pueblo, es cómo crear ideas y experiencias internas a cada marco conceptual e ideológico que sean capaces de generar mayor entusiasmo y mayor compromiso. Al final, "la victoria" no se logrará a través de la extinción de aquellos que no están de acuerdo conmigo, ni a través de la sostenibilidad comprobada de mi enfoque. Como he dicho anteriormente, debemos superarnos a nosotros mismos. La victoria se alcanzará cuando un número creciente de judíos, independientemente de su afiliación o la falta de ella, se sienta más profundamente conectado y comprometido con su judaísmo.
En este proceso, la distinción entre lo que es una característica o realidad esencial de una determinada ideología, denominación o clasificación sociológica judía, y lo que es sólo una manifestación y expresión actual, es crítica. Los datos que arrojan luz sobre esto último dan una visión sobre respuestas educativas y nuevas posibilidades programáticas, en tanto que los datos que arrojan luz sobre lo primero nos obligan a reformular nuestras definiciones de nosotros mismos como pueblo.
Así, por ejemplo, el hecho de vivir en Israel, ser ortodoxo o no ser parte de un matrimonio mixto, aumenta las posibilidades de que los hijos sean judíos, esto no es más que un dato estadístico en cuanto a la nueva realidad de la vida judía contemporánea, y no un dato con valor educativo o programático. Los judíos estadounidenses como grupo, no se mudarán a Israel, no abandonarán sus sensibilidades liberales, ni dejarán de casarse con compatriotas estadounidenses que los acepten y quieran casarse con ellos. No se trata de manifestaciones de la vida judía del siglo XXI, sino de características permanentes y fundamentales de esta realidad. La cuestión clave para el futuro de la vida judía no es si se puede cambiar esta realidad, sino qué es lo que se debe hacer para cambiar las consecuencias aparentemente negativas de esta realidad para el futuro de la identidad judía. Aceptar esto es uno de los mayores desafíos de líderes e ideólogos: trabajar dentro de una realidad dada con el fin de mejorarla, en lugar de fantasear sobre cómo modificarla según la imagen que cada uno tiene.
Una cuestión interesante, importante, y aún sin resolver, es si el alejamiento de las instituciones y denominaciones, tal como ha sido identificado en la encuesta, es una nueva realidad o simplemente una manifestación actual. Sospecho que el hecho de que los judíos vean el judaísmo y la identidad judía en términos que son cada vez menos religiosos es una realidad. Y en esto, paradójicamente, los judíos estadounidenses e israelíes se están pareciendo cada vez más. La separación de lo religioso y lo secular en Israel es cada vez más un lente apropiado con el cual observar a los judíos estadounidenses. Pero como hemos estado aprendiendo aquí en Israel durante algo así como la última década, ni la categoría de religioso ni la de secular son monolíticas ni unidimensionales.
Por ejemplo, secular no significa menos judío sino judío diferente. Mientras que la mayoría de los judíos seculares israelíes creen en Dios, la esencia de su secularidad no está determinada por su fe sino por el hecho de que no consideran el rezar a Dios ni la participación en los rituales que ello conlleva como una parte esencial de su judaísmo. Los judíos seculares israelíes pueden llevar una vida judía sólida que implica el compromiso con los valores judíos, la observancia del calendario y de los ciclos de vida judíos, la participación en la cultura y el aprendizaje judíos, y la lealtad al pueblo judío y su bienestar. Muchas de estas características son, o pueden ser, aspectos definitorios de un futuro vibrante, "menos religioso" de los judíos estadounidenses.
La cuestión a definir es si las instituciones y denominaciones judías pueden adaptarse y continuar sirviendo como vehículos importantes para la profundización de la identidad y las conexiones judías. Tengo la esperanza de que lo que estamos viendo no es más que una manifestación contemporánea y no una nueva realidad. Nuestras instituciones requerirán de nuevas formas de pensar a medida que re-imaginan sus roles, pero creo que le haríamos un flaco favor a nuestro futuro si pensamos que estaríamos mejor sin ellas. El ser humano sigue siendo un animal social que necesita de la comunidad, la particularidad y las conexiones individuales. Seguimos necesitando parejas, amigos, servicios, ayuda, orientación y liderazgo en diferentes momentos de nuestras vidas. Seguimos experimentando momentos en que una conexión con nuestro pasado es una fuente de fuerza e inspiración. Un liderazgo educativo, religioso y laico innovador y valiente es capaz de ofrecer todo lo anterior, siempre y cuando estemos abiertos a repensar la forma en que enfocamos nuestras tareas y definimos nuestros objetivos.
Una de las características importantes de la forma en que nuestra tradición entiende la identidad judía es que es una identidad de carácter nacional y no meramente religiosa. Uno se convierte en judío a través del nacimiento, la conversión o el matrimonio y sigue siéndolo independientemente de la fe y la práctica. En consecuencia, los datos sociológicos sobre los judíos no son meramente descriptivos sino que definen lo que somos. La modernidad, y en particular la vida en Israel y los Estados Unidos han cambiado las reglas del juego. La cuestión es cómo vamos a jugarlo.
Fuente: Haaretz.com
Traductora: Mariel Benedykt