Sobre ser el pueblo elegido

pueblo elegokLa idea de un "pueblo elegido" es uno de los conceptos más controversiales del judaísmo, y también uno de los más básicos. Es articulado claramente en la Tora y repetido incontables veces en nuestras plegarias. Probablemente el ejemplo más conocido es lo que se recita cuando una persona hace "alia" a la Tora: "...nos eligió de entre todos los pueblos y nos entregó la Tora."

 Algunos grupos dentro del judaísmo sienten que esto es tan ofensivo que han cambiado las palabras de este rezo en sus libros.

El movimiento re construccionista, por ejemplo, incluyó en su lugar "nos trajo a Su servicio..." Su objeción, obviamente, es que ser "elegidos" implica cierta superioridad y enseña una doctrina similar a aquella de "raza superior".

Mi amigo y colega de quien aprendí mucho, Steven Gilligan, ofrece: "Todo contiene su opuesto. Uno sin el otro es patológico...la agencia lleva a la dominación, desolación y soledad; la comunión lleva a la sumisión, desolación y soledad."

Ser elegidos lleva a la dominación, violencia, desolación y soledad.

No ser elegidos lleva a la sumisión, enojo, desolación, soledad y baja autoestima.

"Debemos mantener un balance, y no aferrarnos a la idea de ser elegidos ni dejarla ir."

Esta perspectiva ofrece una visión y conocimiento con el cual avanzar. Da una perspectiva única sobre el mundo y ofrece esperanza de que con el tiempo, cosas buenas van a pasar. Nos permite progresar y desarrollar nuestras habilidades, y sugiere una forma coherente de saber y ser. Sin embargo, se ha convertido en una rígida ideología, que da lugar a competencia, especialización, desolación, contradicción y concentración. Si nos aferramos demasiado fuerte por demasiado tiempo, estos valores pueden generar problemas significativos."

¿El pueblo elegido?

Ser elegidos se trata de una relación. Ser elegido no significa superioridad. Eso no funcionaría. ¡Nunca lo ha hecho, y nunca lo hará!

Cuando Dios nos elige y nosotros elegimos a Dios, la relación crea algo para ser atesorado, disfrutado y protegido. Esa relación es especial, y es una fuente de deleite.
En ese sentido, es similar a una pareja, donde dos individuos pasan de ser X e Y a ser Nosotros. ¿Qué complementa esta elección?

También hacemos un error crucial al creer que Dios está limitado a elegir únicamente uno. Esa es una idea antropomórfica que no está lejos de la idolatría.
Ser elegidos lleva a la dominación, violencia, desolación y soledad.

No ser elegidos lleva a la sumisión, enojo, desolación, soledad y baja autoestima.

Cuando Dios nos elige, es nuestra respuesta y siguientes interacciones las que crean la relación especial. Esa relación es una nueva creación, con potencial para cambiar como vivimos en el mundo.

No es que Israel elije a Dios y es por eso elegido, ni Dios elije a Israel y es por eso superior. Se trata de la relación. Se trata de la corriente cultural en la cual nadamos. Esto no excluye a "otros" de ser elegidos. No son ni superiores ni inferiores a nosotros. Podemos decir "asher bajar banu, vnotayn". Nuestra lectura de la tora completa el círculo y afirma la relación entre Israel y Dios. Después de "shnotan lanu torat emet", donde afirmamos el regalo que recibimos, y después recitamos vhaye olam, con la fe de que como Dios es eterno también nosotros lo seremos, si permanecemos leales y responsables en la relación.

No hay problema en ser el Pueblo Elegido siempre y cuando seamos el Pueblo que Elige, si estamos en una relación con Dios. La elección no es unilateral, y no da un beneficio especial.

Ingrid (mi "yekkeh rebbetzin", luz de mi vida) es mi elegida que me hace saber de muchas formas que soy suyo. Que este enamorado de una persona no excluye a los demás.


Nuestra relación de "elección" trae obligaciones y responsabilidades especiales. Nos comprometemos con aquel que elegimos y lo hacemos especial y único en nuestras vidas. Somos responsables de honrar nuestra relación cuidando del otro, amando y preocupándonos. Ambos somos especiales y "seleccionados". Esto no significa que mi "ex" o el "ex" de Ingrid no es igual, o inferior. Nuestra relación no implica que seamos mejores que aquellos que elegimos antes.

Si prestamos atención, podemos notar que los humanos son diferentes en diferentes relaciones. La relación es lo que marca la diferencia, no la identidad de la pareja. Como escribí previamente (Judaísmo Reformista – Otoño 2007): "El cambio viene de la relación. La relación es algo de elección."

Por lo tanto, ser elegidos viene de nuestra relación con Dios, la cual es bilateral. Una forma de considerar las Mitzvot es pensando en las obligaciones que aceptamos como resultado de nuestra relación con Dios. Esto incluye hacer del mundo en el que vivimos un lugar mejor para vivir nuestra vida.


¡Esta relación tan especial marca la experiencia judía! La superioridad no funciona. Nunca lo ha hecho, nunca lo hará.

 

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos