Chaika

Versión de La Gaviota de Mariana Percovich

En el Ateneo Popular, una salita a la italiana mágica, cálida y húmeda, un teatro `hundido`, como submarino, Mariana Percovich estrenó su nueva obra, Chaika.

"Se trata de deconstruir  y volver a Chéjov. Se trata de entender las miserias y alegrías escondidas en La Gaviota. Se trata de hablar de nosotros y de nuestro teatro". Éstas son las premisas de las que parte la directora al dirigir su propia versión de "La Gaviota" de Anton Chejov.
Una compañía de actores llega a la ciudad y se instala en este viejo teatro del barrio de Palermo.

Una actriz reconocida mundialmente, recién llegada a su ciudad natal, con una visión clásica del teatro; y un dramaturgo, su amante años más joven, sin alma, que escribe como la regla lo indica, lo que  le permitió alcanzar el éxito y popularidad que cualquier artista aspira. El teatro al que llegan queda a unas cuadras de la simbólica rambla de Montevideo, pero no colma sus expectativas. En este lugar ya estaban trabajando un profesor de teatro, siempre preocupado por el dinero que nunca alcanza; su ayudante, una joven enamorada de la persona equivocada, un dramaturgo experimental, un ex banquero que se avocó a la carrera teatral y que vive en un mundo artístico pasado y una ingenua aspirante a actriz. Es justamente a partir de este encuentro que los conflictos románticos y artísticos comienzan a desarrollarse. Estas asperezas nunca se presenta en escena, a pesar que la obra se desarrolla enteramente en un teatro, todo sucede tras bastidores, no es público, o si?. Los personajes plantean sus puntos de vista en lugar de discutirlos expresamente, un concepto conocido como subtexto.
La directora crea el clima ideal para que el espectador pueda entrar en la atmósfera planteada, más precisamente en el conflicto más puro y antiguo del arte, el enfrentamiento entre las tendencias  clásicas y las experimentales. Quizás existe un elemento que se destaca entre otros: el parentezco entre los personajes que ideó Chejov y la vida real de los actores que lo interpretan. Sobre todo este es el caso de Treplev, dramaturgo experimental e independiente que tiene como propósito cambiar las reglas teatrales en una ciudad gris, húmeda y clásica, interpretado por Gabriel Calderón, dramaturgo, actor y director de la escena off que justamente intentó plantear una “nueva” forma teatral en Montevideo. Su madre, Arkadina, una actriz clásica y muy popular, interpretada por Gloria Demasi, actriz de alta trayectoria que pertenece a la Comedia Nacional, una institución teatral en Uruguay. Quizás otro de los simbolismos que potencian el planteo que esta obra exhibe es el hecho de que Arkaida y Treplev, siempre en disputa al defender sus ideales, son madre e hijo. Social y psicológico, el conflicto queda planteado. ¿Tiene solución? Sólo los espectadores tienen la respuesta.

Montevideo en el siglo XXI adquiere los tintes y los dilemas de la Moscú de Chejov del siglo XIX. La atemporalidad del texto es evidente y Mariana Percovich sabe aprovechar esto con gran destreza.  Claro que la pregunta del millón es cuánto quedará de Chejov en esta versión. Según la directora, del dramaturgo ruso se conservará la arquitectura maravillosa de su obra, "o más bien su esqueleto y sistema nervioso, centrado en las circunstancias y los tiempos de la vida. Yo siento esto tan, pero tan, uruguayo. Esa melancolía rusa es la nuestra, y su sentido del humor, también. Son obras para lucimiento de los actores".

Arkadina- Gloria Demassi
Trigorin- Gustavo Saffores
Treplev- Gabriel Calderón
Sorin- Carlos Sorriba
Nina- Gimena Fajardo
Masha- Verónica Matto
Medevdenko- Ramiro Perdomo

Escenografía y luz- Fernando Scorsela
Vestuario- Gerardo Egea
Producción- COMPLOT (Adrián Minutti)
Asitente de Dirección- Florencia Mirza


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