Jerusalén, la ciudad más deseada

La capital de Israel es el único lugar en el mundo donde judíos, cristianos y musulmanes tienen sus principales templos de veneración

Yeru (casa) y shalem (paz) forman en hebreo la palabra Jerusalén. Un lugar que irónicamente ha sido durante miles de años la ciudad con más conflictos en la historia de la humanidad. El rey David estableció en este territorio al pueblo judío en el siglo XI antes de cristo. Su posición estratégica de paso entre oriente y occidente hizo que fuera preciada por grandes imperios. A lo largo de la historia, persas, bizantinos, cruzados, mamelucos, romanos, musulmanes y británicos después de la primera guerra mundial lograron conquistarla.

Visitarla es retroceder en el tiempo, es vivir y emocionarse con la cantidad de vestigios y edificios milenarios que la hacen única. La ciudad de piedra de Jerusalén es grande por su historia, pero lo es más aún por sus gentes. Pasear por los diferentes barrios es descubrir una ciudad repleta de tradición y emociones, donde se mezclan diferentes pueblos y culturas.

La mejor forma de vivir este mestizaje único en el mundo es adentrándose en el corazón de la ciudad vieja. Recorrer la Vía Dolorosa implica sumergirse en los últimos capítulos de la vida Jesús. Es revivir el mismo itinerario que tomó Cristo, cargando con la Cruz, camino de su crucifixión. A ella acuden cada año millones de peregrinos venidos desde todo el mundo, dispuestos a recrear episodios bíblicos que están documentados y señalizados durante todo el recorrido.

Las cuatro últimas estaciones están en el interior de la Iglesia del Santo Sepulcro. Lugar donde la historia dice que Jesús fue crucificado, sepultado y al tercer día resucitó. Otro lugar venerado por los cristianos es el Cenáculo. Situado en el Monte Zion, allí es donde Jesús cenó con los apóstoles la última cena antes de morir en la cruz.

Esta ciudad también es sagrada para los musulmanes. Aquí encontramos el tercer santo lugar más importante para el Islam, después de La Meca y Medina, las ciudades del profeta Mahoma y también uno de los lugares más representativos de Jerusalén, La Cúpula de la Roca. Situada en el monte del templo, se dice que desde allí Mahoma ascendió al cielo hasta la presencia de Dios.


A pocos metros y también en el monte del templo se halla el lugar más sagrado para el judaísmo, el muro de las lamentaciones. Únicos restos existentes del segundo templo judío destruido por los romanos. Frente a él se lamentan de la caída de la ciudad y la dispersión de pueblo hebreo. Si puedes visitarlo el lunes disfrutarás de la ceremonia del Mitzvah. Este ritual judío consiste en celebrar que los niños de 13 años han alcanzado su madurez personal.

Israel no es solo historia y tradición. A 70 kilómetros de Jerusalén puedes disfrutar de una de las ciudades más modernas del mediterráneo, Tel Aviv. Su intensa actividad artística, cultural y de ocio ha hecho que sea bautizada como la ciudad que nunca duerme.

Para los amantes de los contrastes es recomendable acercarse hasta la ciudad vieja de Jaffa, Aunque forma parte de Tel Aviv, este pequeño pueblo todavía mantiene su encanto medieval. En la actualidad solo pueden vivir artesanos y pasear por sus calles es disfrutar de un auténtico museo al aire libre. Una buena opción para completar la visita es adentrarse en uno de los muchos mercados que te ofrece Tel Aviv, como el bullicioso Mercado del Carmel donde podrás activar todos tus sentidos con la variedad de frutas y especies.

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