El síndrome Jerusalén y las cervezas del Bar Kojba

altPRIMERA ETAPA: SOPA DE GANSOS

Nada ni nadie podía prever que en aquella tierra inhóspita conocida como Salem, vendrían un día los hebreos a poner sobre su nombre el Jeru… (salem) y sobre su tierra un templo, y además sagrado. O mejor dicho dos.  Y eso que la mano de obra no era nada barata en la antigua Judea. Y sino que lo diga Flavio Josefo, que parece que es el único que tiene la posta en esto de la historia del pueblo judío. Ay Josefo: un cronista de los de verdad y una verdadera tortura para los que estudiaron en colegio judío.  Pero gracias a él sabemos que  Nabucodonosor no sólo es la nave en la que viaja Morpheus en Matrix, sino que fue el rey de Babilionia que conquistó Jerusalén. Eso fue allá (¿dónde?)… allá por el 601 a.C. Es decir antes de la era de ese señor que dicen unos (ellos) que es el mesías y otros (nosotros) que no. Que tenía barba, que le gustaba el vino, que pescaba peces y resfriados, pero que de mesías nada, no señor.

Así que desde tiempos inmemoriales, Jerusalén observó con la estoica indiferencia de una mujer bella y deseada, a los pueblos que lucharon por conquistarla.  Y como muchas damas, sufrió  la destrucción que dejaron sus  pretendientes. Entre ellos hubo:
- Babilonios (gente muy distraída).
- Persas (eran malos pero tenían alfombras muy bonitas).
- Macedonios (que hacían unas macedonias de frutas muy ricas).
- También seléucidas,  asmoneos  y romanos (gente muy seria).


Lector: Bueno pero con los romanos no estaban tan mal.
Bar Kojba: La verdad que no nos podíamos quejar…
Lector: Por eso, estaban bien… ¿no?
Bar Kojba: No. No nos podíamos quejar, si nos quejábamos, nos mataban.  Así que no quedó otra que hacer la REVOLUCIÓN.  Luchamos a brazo partido como la Venus de Milo. Pero aunque ganamos muchas batallas durante 3 años, al final perdimos y murieron muchos judíos… Fue la voluntad del Señor.
Lector: Eso más bien es mala voluntad.
Bar Kojba: Nuestros soldados resultaron vencidos
Lector: Ah, ¿tenían fecha de caducidad?
Bar Kojba: Autora, por favor, dame una cerveza y seguí  vos con el relato que a este lector ignorante ya no lo aguanto. Lejaim.
Lector: Ah, claro, cerveza, porque es el BAR KOJBA…  
Bar Kojba (desde el mutis) ¡Uy Dios!, lo que tengo que aguantar…

En fin… que los romanos hicieron de las suyas, destrucción de templo incluida. ¿Acaso dejaron algo bueno los romanos?  ¿Eh? Pues la verdad que sí,  el acueducto, el alcantarillado, carreteras, irrigación, baños públicos,  la seguridad y hasta mejoraron los viñedos.  Pero sacando esas cosas… nada bueno. *  Por un tiempo la ciudad se conoció como Aelia Catolina. Por suerte ese nombre no prosperó, sino sería muy difícil cantar “ Aelia Catalonia shel tzaav…”.

SEGUNDA ETAPA: GOY STORY

Era cuestión de tiempo para que los cristianos se dieran cuenta de que si Jesús nació en Israel, y murió en Jerusalén, la ciudad era sagrada también para su religión. Y un buen día, Elena de Bizancio  fue a buscar el  Santo Sepulcro. ¡Y lo encontró! 
Así que Jerusalén suspiró y se sentó a ver (mientras comía un poco de humus con falafel) como los cruzados y los musulmanes se daban como dos barras bravas de la fe.

Pasó mucha agua bajo el puente. Bueno… mucha agua no, ya sabemos que lo del agua en Israel no es el fuerte… Digamos que pasó mucha arena en el reloj de ídem.  Hasta que en 1917 los ingleses entraron tomando el té y tomando la ciudad. Oh yes.

Mientras jugaban al cricket los ingleses oteaban cómo ahora se la daban los judíos y los musulmanes. Miraban con asco flemático a los semitas salvajes. Le daban a la pelotita del cricket, mientras los grillos cantaban crick crick. Siguieron ahí jugando con la pelotita hasta que el 22 de julio de 1946 vino Menahem Beguin , líder de  la organización Irgun y les dijo “ Go Home”.  Los de Irgún le dieron a los english man  como para que tengan y mucho palo para que aprendan a jugar al cricket.  El saldo fueron casi 100 muertos.  Los británicos guardaron la pelotita antes que se la rompieran. Agarraron la tetera y se las tomaron pitando.  La próxima foto histórica es en 1948 en la que Jerusalén baila al son del gobierno árabe. De ahí en adelante es historia conocida.  (Menos para Flavio Josefo que hasta el 6 de Junio de 1967 no llegó con sus crónicas. ¡Menos mal!)).  Con  la guerra de los seis días  entre Israel y los países árabes Jordania, Siria y Egipto culminó con la liberación de Jerusalén. Hay que imaginar ese momento.  Los soldados llorando sobre las piedras del kotel, el rabino tocando el shofar en señal de liberación, y algún que otro despistado que sacó un par de sándwiches pensando que ya había terminado Iom Kipur.

TERCERA ETAPA: DESAYUNOS EN AROMA

Hoy en día caminar por Jerusalén es vivir la historia en cada paso.  Las esquinas nos brindan sorpresas multiculturales, vestuarios variopinta  y una atmósfera que roza con la mística y lo sacro. La locura es admitida como una consecuencia lógica a tanta trayectoria religiosa. Y uno puede andar hablando solo por la calle sin llamar la atención, porque da lo mismo que estés rezando o hablando con el manos- libres del celular.  Mi experiencia favorita cuando estoy en Jerusalén es desayunar a cualquier hora del día en Aroma (ensalada, pan negro, quesos, café, jugo, y café con leche). Observar el ir y venir de todos esos pueblos que lucharon por ella y hoy caminan por sus calles ajenas a lo que la prensa quiere vender en el televisor. Jerusalén se alza  dorada en el cielo, ignorando que todos los ojos siempre la miran y admiran.  Como arrugas de una dama sabia, las grietas en el muro recibe cada día los deseos de miles de personas. Ella les susurra al oído… “El próximo año, el próximo año en Jerusalén”.




*(Monty Phyton sic) 

 



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