Jerusalén: Introducción e Historia

El Rey David estableció a Jerusalén como la capital de Israel en el año 1004 AC. Israel fue una nación soberana e independiente entre los años 1004 y 586 BC, o sea, por más de 400 años. Desde entonces y hasta el establecimiento del presente Estado de Israel, en esa tierra nunca hubo un país o nación independiente. En Jerusalén, la presencia judía ha continuado ininterrumpidamente por 3000 años.

En el año 333 DC, bajo el emperador Constantino, se construyó la Iglesia del Santo Sepulcro y se designaron otros lugares sagrados para el cristianismo, iniciándose entonces las peregrinaciones de los cristianos a Jerusalén.

Durante el reinado de Ummayad, se construyeron las Mezquitas de Omar y Al Aqsa, entre los años 661 y 750 DC, sitios que se convirtieron en sagrados para el Islam.

Los judíos han sido mayoría en Jerusalén desde 1820. La Enciclopedia Británica de 1853 constata que en 1844 en Jerusalén había 7.120 judíos y que estos constituían el grupo religioso mayoritario en la ciudad. La proporción de judíos en Jerusalén continuó incrementándose desde entonces. Para los judíos, Jerusalén ha sido el sitio para regresar durante 3000 años. Jerusalén se menciona diariamente en las plegarias judías y se alude alrededor de 700 veces en el antiguo testamento.

Historia de Jerusalén

Jerusalén es venerada como ciudad santa por las tres religiones mayoritarias: judaísmo, cristianismo e Islam, lo que se manifiesta prominentemente en el conflicto árabe-israelí.

Desde 1004 AC, cuando el Rey David estableció a Jerusalén como capital de su reino, ha habido una presencia judía continua en Jerusalén, la ciudad más sagrada en el judaísmo. (Aquí es oportuno señalar que la nación de los hebreos, que existió entre los años 1020 AC y 70 DC, ha sido la única nación soberana en la historia de esas tierras, hasta el advenimiento del presente estado de Israel). A partir de la construcción de la Iglesia del Santo Sepulcro y de la designación de otros sitios sagrados por Constantino el Magnífico en 333 DC, Jerusalén se convirtió en un lugar de peregrinaje para los cristianos. Durante el gobierno de Umayyad entre el 661 y el 750 DC, el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa se construyeron en el lugar donde se encontraban originalmente el Primero y Segundo Templos Judíos, y a partir de entonces Jerusalén se convirtió en la tercera ciudad sagrada del Islam.

Los Judíos han constituido el mayor grupo étnico de Jerusalén desde 1820 (Enciclopedia Británica). Otras fuentes han estimado que el número de judíos que residían en Jerusalén en esa época era aún mayor. Hasta 1860, los residentes de Jerusalén vivían casi exclusivamente dentro de las murallas de la Ciudad Vieja. Entre 1860 y 1948, los judíos vivieron en el oeste y el este de Jerusalén.

Durante los 19 años en que Jordania ocupó el este de Jerusalén y sus lugares sagrados (1948-1967), Jerusalén estuvo dividida. Los judíos fueron expulsados de la parte este de Jerusalén y se les prohibió visitar los lugares sagrados.

Como resultado de la Guerra de los Seis Días, toda Jerusalén y sus sitios sagrados quedaron bajo el control de los judíos. Israel reunificó la ciudad, extendiendo sus leyes, jurisdicción y administración a las partes previamente ocupadas por Jordania. La Kneset (parlamento de Israel) promulgó leyes para proteger los lugares sagrados y garantizar la libertad de culto a todos los pueblos, y ofreció la ciudadanía Israelí a los residentes árabes de Jerusalén, que en su mayoría la declinaron.

Desde 1967, Jerusalén se ha convertido en el foco del conflicto Palestino-Israelí. En 1980, Israel promulgó la Ley Básica que establece a Jerusalén como la Capital de Israel, reafirmando así a la ciudad de Jerusalén reunificada como su capital eterna e indivisible. Los palestinos insisten que Jerusalén debe ser la capital de su estado por crear.

Jerusalén en la Tradición Judía

Jerusalén, la ciudad más sagrada para el Judaísmo, es mencionada cerca de 700 veces en la Biblia hebrea (Antiguo Testamento). Fue la ciudad capital del antiguo reino de Israel y el lugar del Templo Sagrado (Beit HaMikdash). Los judíos de todo el mundo hacían peregrinaciones al Beit HaMikdash tres veces al año para participar en las festividades, de acuerdo con el mandato de la Torá. Jerusalén y el Beit HaMikdash continúan siendo el foco de la nostalgia, aspiración y plegarias de los judíos. Las plegarias diarias (pronunciadas mirando en dirección a Jerusalén y el Monte del Templo) y la acción de gracias recitada después de las comidas, incluyen numerosas súplicas por la restauración de Jerusalén y el Beit HaMikdash. Los judíos ayunan y están de luto el noveno día del mes hebreo de Av, la fecha en que el Primero y Segundo templos fueron destruidos. Los casamientos judíos concluyen con la frase bíblica “Si te olvidara, Oh Jerusalén, olvidaré mi diestra”, y el rompimiento de una copa de vidrio por parte del novio para recordar la destrucción del Templo. Yom Kipur y Pesaj o Pascua concluyen todos los años con la frase “El año próximo en Jerusalén”.

El Monte del Templo es el lugar más sagrado del Judaísmo. De acuerdo con la tradición judía, el Templo fue construido sobre el Even Hashtiya, la piedra sobre la cual se creó el mundo. Este se considera el epicentro del judaísmo, donde se encuentra la presencia divina (Shejiná), donde se iba a sacrificar a Isaac, donde se colocó la sagrada Arca de la Alianza, donde se hallaban las Tablas de la Ley, y donde se reconstruyó el Templo en 515 AC, que fue destruído por los romanos en 70 DC. El Monte del Templo también se conoce como Har Moriah, Monte Moriah, mencionado frecuentemente en la Biblia hebrea.

El Muro Occidental, o Muro de los Lamentos (llamado comúnmente el Kotel), es el vestigio de la pared de contención exterior, construido por Herodes para aplanar y expandir el espacio donde se construyó el Segundo Templo. Su santidad se deriva de su proximidad al lugar del Templo y específicamente por su cercanía a la pared occidental del lugar más sagrado del Templo (el Kodesh ha Kodashim), el santuario interno donde se encontraban las tablas de la ley (el Arón HaBrit), al que sólo el sumo sacerdote (kohen gadol) podía entrar en Yom Kipur. Según fuentes del Midrash, la Presencia Divina nunca abandonaba la pared occidental Sanctum Sanctorum del templo. Durante los siglos recientes, los judíos han rezado en la pared Occidental de Herodes, por ser el lugar más accesible y cercano al sitio más sagrado del judaísmo.

Jerusalén en la tradición musulmana


Jerusalén cobró significado sagrado para el Islam bajo los Umayyads (661-750 DC). Viéndose desafiado en el poder por Ibn al-Zubayr, el rebelde que comandaba en la Mecca, el califa Abd al Malik, quien radicaba en Siria, se dedicó a consolidar su influencia estableciendo en Jerusalén un nuevo lugar de adoración para sus fieles, reemplazando así a la Mecca. Construyó el Domo de la Roca (Masjid Qubbat AS Sakharah) en 688-691 DC en el mismo lugar donde existieron los Templos Judíos. Dos décadas después, en 715 DC, los Umayyads construyeron otra mezquita en el Monte del Templo llamada La Mezquita Alejada (Masjid al Aqsa) para referirse a la “mezquita alejada” a la que se alude en el Corán (17:1). Este era el lugar metafórico desde donde, según se decía, Mahoma había ascendido al paraíso en una visión (llamada en árabe Mi'raj) luego de un viaje desde la Mecca (la Isra) sobre un burro alado llamado Al Buraq.

Aunque el Corán no menciona en ninguna parte a Jerusalén o al Monte del Templo, la designación de un lugar concreto para lo que hasta ese momento había sido un lugar figurativo, proveyó a los musulmanes de un nuevo lugar religioso. Posteriormente, varios versos del Corán se interpretaron en referencia oblicua a Jerusalén y los musulmanes cambiaron el nombre del Monte del Templo por el de Noble Santuario (al Haram al Sharif).

Con el pasar del tiempo, la importancia de Jerusalén como ciudad sagrada para el Islam ha variado extremadamente. Durante el período entre 1948 y 1967, cuando se hallaba bajo el control de Jordania, el mundo musulmán descuidó Jerusalén y sus lugares sagrados. Desde que Israel tomó el control del este de Jerusalén y reunificó la ciudad, los palestinos han mostrado un gran interés por despertar el fervor religioso del mundo musulmán y árabe para recobrar la ciudad de Jerusalén, que pertenece a Israel.

Jerusalén en la tradición cristiana

Según la tradición cristiana, muchos de los eventos de la vida y obra de Jesús ocurrieron en Jerusalén. Se cree que la Última Cena, como se llama a la última comida que Jesús compartió con sus discípulos antes de su muerte, ocurrió en una habitación (el Coenaculum) del segundo piso del edificio considerado como la tumba del Rey David, que se sitúa en el Monte de Sión.

El Jardín de Getsemani, donde Jesús sufrió por sus pecados la noche antes de su crucifixión, se ubica en la parte baja del Monte de los Olivos, en Jerusalén. También, en el Monte de los Olivos está la Iglesia de la Ascensión, donde, de acuerdo a la fe cristiana, Jesús ascendió al paraíso (en la actualidad está regida por musulmanes y cubierta por una cúpula). La Iglesia del Santo Sepulcro, construida por Constantino el Magnifico, marca el lugar de la resurrección, dentro de las murallas de la ciudad vieja. Se cree que las ruinas del Gólgota, el monte sobre el cual Jesús fue crucificado, se encuentran dentro de la iglesia. En la iglesia viven sacerdotes de la iglesia católica y de la iglesia ortodoxa oriental. La Vía Dolorosa, que termina en la Iglesia del Santo Sepulcro, es la vía tradicional por la que caminan los peregrinos cristianos para recrear simbólicamente los eventos de la pasión de Cristo.

Debido a la conexión de Jesús con estos y otros lugares, Jerusalén es una ciudad venerada por los cristianos de todo el mundo.

La Partición: corpus separatum


El 29 de Noviembre de 1947, La Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que Palestina se dividiera entre dos países, uno árabe y otro judío. El plan recomendó que Jerusalén se convirtiera en un corpus separatum, una ciudad internacional, administrada por las Naciones Unidas por un período de 10 años, después del cual la situación de la ciudad se determinaría nuevamente mediante un referéndum. Mientras que los dirigentes judíos aceptaron esto de mala gana, los dirigentes árabes rechazaron todo el plan, incluyendo la internacionalización de Jerusalén. Los delegados árabes de la ONU declararon que la partición era inválida. Se incrementaron los ataques sangrientos de los árabes hacia los judíos residentes en Palestina y fuerzas árabes bloquearon la ruta a Jerusalén. Cuando Israel declaró su independencia, en mayo de 1948, cinco países árabes vecinos invadieron el nuevo Estado.

1948: La guerra árabe-israelí

Durante la Guerra árabe-israelí de 1948 la legión árabe de Transjordania trató de capturar la ciudad completa de Jerusalén, bombardeándola y separando a los residentes judíos de la zona costera.

La parte oeste de la ciudad cayó bajo el control de Israel sólo cuando sus fuerzas armadas lograron romper el estado de sitio que los árabes habían impuesto en la ciudad. En las primeras cuatro semanas de ataques árabes, 200 residentes judíos murieron y 1000 fueron heridos. Actuando en defensa propia, las fuerzas israelíes lograron capturar algunas villas y suburbios atacados por los árabes.

Los israelíes no tuvieron mucho éxito en defender a la comunidad judía del este de Jerusalén. El 28 de mayo de 1948 el sector judío de la Ciudad Vieja cayó en manos de la Legión Árabe. Después de diez meses de guerra, se firmó un armisticio el 3 de Abril de 1949, que dividía a Jerusalén a lo largo de la línea de cese del fuego de noviembre 1948, situada entre Israel y Transjordania, con varias partes designadas “tierra de nadie”. La línea de armisticio se transformó en una frontera temporal entre lo que habían sido previamente dos comunidades que coexistían. El oeste de Jerusalén se convirtió en la capital de Israel, y la parte este de Jerusalén, incluyendo los lugares sagrados, fue ocupada por Transjordania, que en 1949 se erigió en la Monarquía Hashemita de Jordania. La ciudad quedó dividida entre dos campos armados, separados por alambre de púa, paredes de cemento, minas y trincheras.

1948-1967: La ocupación del Este de Jerusalén por Jordania


Destrucción y desecración de sitios religiosos

Cuando el sector judío de la Ciudad Vieja fue capturado por la Legión Árabe, éste fue destruido y sus habitantes expulsados. Se destruyeron cincuenta y ocho sinagogas, algunas de cientos de años de antigüedad, y sus enseres se robaron o profanaron. Algunos de los sitios sagrados judíos se convirtieron en gallineros o establos. El cementerio judío del Monte de los Olivos, donde hay tumbas judías de más de 2500 años, fue saqueado y las tumbas profanadas. Se quebraron miles de lápidas que se utilizaron como material de construcción; estas lápidas cubrían calles o letrinas en los campamentos militares de la Legión Árabe. En la cima del cementerio se construyó el Hotel Intercontinental y para hacer un camino que llegara al hotel se destruyeron tumbas. El Muro de los Lamentos se convirtió en un barrio bajo.
 


Sector Judío de la Ciudad Vieja destruído
 
La anexión ilegal jordana
En 1950, Jordania anexó los territorios que capturó en la guerra de 1948, el este de Jerusalén y Cisjordania. La resolución del 24 de abril declaró su “apoyo a la unidad completa de los dos márgenes del Jordán y su unión en un solo Estado, la Monarquía Hashemita de Jordania, encabezada por el rey Abdullah Ibn al Husain…”

Sólo Gran Bretaña y Pakistán reconocieron la anexión de Jordania, mientras que todos los demás países, incluyendo el resto de los países árabes, la rechazaron. Gran Bretaña reconoció solamente la anexión de Cisjordania. Gran Bretaña nunca reconoció la soberanía de Jordania o de Israel sobre ningún sector de Jerusalén, declarando ilegal cualquier anexión.

Restricciones religiosas y bloqueo del acceso a los Sitios Sagrados

En contravención al acuerdo del armisticio de 1949, Jordania no permitió el acceso de los judíos a sus sitios sagrados o al cementerio del Monte de los Olivos.

El artículo VIII del armisticio entre Israel y Jordania (3 de abril, 1949) estableció que un comité “se encargara de formular planes y disposiciones, que incluían el acceso libre a los sitios sagrados y a las instituciones comunitarias y el uso del cementerio del Monte de los Olivos”. A pesar de eso, y de numerosos pedidos oficiales de Israel y de grupos judíos ante la ONU y EE. UU., se negó a los judíos el acceso al muro de los lamentos, al cementerio judío y al resto de los sitios religiosos del este de Jerusalén. La línea del armisticio se reforzó y francotiradores Jordanos se asentaron sobre los muros de la ciudad vieja; éstos balearon a mansalva a los israelíes que se encontraban del otro lado.

Los árabes israelíes tampoco pudieron tener acceso a las mezquitas de Al Aqsa o al Domo de la Roca, pero se respetaron los sitios musulmanes del este de Jerusalén.

Aunque los cristianos, a diferencia de los judíos, pudieron tener acceso a sus sitios sagrados, también sufrieron restricciones bajo la ley jordana. Se puso un límite al número de peregrinos cristianos que ingresaban en la ciudad vieja en Navidad y Pascua y se prohibió la compra de propiedades en Jerusalén a las instituciones benéficas y cristianas. Se ejerció estricto control sobre las escuelas cristianas, exigiéndoles que enseñaran en árabe, cerraran los viernes (el día sagrado de los musulmanes) y enseñaran el Corán. Al mismo tiempo, no se les permitió enseñar el cristianismo o entregar material cristiano impreso a no-cristianos.

1967: La reunificación de Jerusalén

Durante la guerra de 1967 (o Guerra de los Seis Días), Israel le solicitó a Jordania que se mantuviera fuera del conflicto; sin embargo, a pesar de eso, las fuerzas jordanas comenzaron a disparar su artillería hasta Tel Aviv y Jerusalén. En un principio, las fuerzas israelíes no respondieron, tratando de no abrir un frente de guerra con Jordania, pero Jordania continuó atacando y ocupó la sede de la ONU en Jerusalén. Las fuerzas israelíes entraron en la lucha armada y en dos días lograron hacer retroceder a los jordanos y tomaron el este de Jerusalén.

El 7 de Junio de 1967, los paracaidistas del Tzahal (Fuerzas de Defensa de Israel) avanzaron en la Ciudad Vieja hacia el Templo del Monte y el Muro de los Lamentos, poniendo el sitio más sagrado del judaísmo bajo el control judío por primera vez en 2000 años. Existen grabaciones de este momento, cuando el comandante de la brigada, el general Motta Gur, se acerca a la Ciudad Vieja y anuncia a los comandantes de su compañía:
Estamos sentados en un montículo y de aquí vemos la Ciudad Vieja. Desde aquí entraremos en la Ciudad Vieja, nuestro sueño a lo largo de tantas generaciones. Seremos los primeros en entrar en la Ciudad Vieja […] ¡El Monte del Templo está en nuestras manos, repito, el Monte del Templo está en nuestras manos!
El Rabino de Israel Shlomo Goren hizo sonar el shofar en el Muro de los Lamentos para simbolizar su liberación. Para los israelíes y los judíos en todo el mundo éste fue un momento de júbilo y exaltación. Muchos lo consideraron un regalo de Dios.
Junto al Muro de los Lamentos, el general Moshe Dayan, Ministro de Defensa de Israel, hizo la siguiente declaración: “
A nuestros vecinos árabes les extendemos, especialmente en este momento, una mano de paz. A los miembros de otras religiones, cristianos y musulmanes, en este lugar les hago la promesa de que su libertad y todos sus derechos de culto se respetarán completamente. No hemos venido a Jerusalén a conquistar los lugares sagrados de otros.
El Primer Ministro Levi Eshkol declaró su intención de dar a cada religión el control de sus propios sitios religiosos. Dayan cedió inmediatamente el control del Templo del Monte al Waqf Jordano (a la Administración Musulmana), mientras que la seguridad de la zona quedó en manos de Israel. Dayan anunció a los judíos que podrían visitar el Muro de los Lamentos pero que no podrían realizar servicios religiosos en este lugar.

Dayan dio órdenes de demoler las paredes existentes contra los francotiradores, remover las minas y las barreras de alambre de púa, derribando de esta forma la división de Jerusalén. En pocas semanas, se hizo posible el movimiento libre en Jerusalén y cientos de miles de israelíes judíos entraron en la Ciudad Vieja a escrutar el muro y tocar sus piedras. Los árabes israelíes pudieron rezar en las mezquitas del Domo de la Roca y de Al Aqsa por primera vez desde 1948, y los israelíes cristianos pudieron visitar la iglesia del Santo Sepulcro.

La Kneset aprobó la ley de protección de los sitios religiosos, atribuyéndoles un estado legal especial y convirtiendo su profanación o el bloqueo del acceso a los mismos en un acto criminal. Jerusalén se convirtió en una ciudad reunificada que aseguraba la libertad religiosa y el acceso universal a los sitios de culto.

La libertad religiosa que se impuso en Jerusalén en 1967 nunca se conoció durante la ocupación jordana de la ciudad, lo que provocó que Adnan Abu Odeh, ex embajador jordano a la ONU, dijera: “La situación de Jerusalén antes de 1967 (durante la ocupación jordana) fue de exclusión religiosa, mientras que después de 1967 Israel ha tratado de mantener la inclusión religiosa.”

1980 —La Ley Básica: Jerusalén es la capital de Israel

Desde 1958, la Kneset de Israel ha promulgado 14 Leyes Básicas. Estas leyes conciernen al gobierno, el presidente, el ejército, la economía, la justicia, las tierras, los derechos humanos, entre otros, y constituyen la esencia de la constitución del Estado de Israel. En 1980, la Kneset aprobó la Ley Básica declarando a Jerusalén reunificada la capital eterna de Israel. La ley protege el acceso a sus lugares sagrados para todas las religiones.

A continuación se encuentra el texto de esta ley:

Jerusalén, Capital de Israel

1. Jerusalén, Capital de Israel: Jerusalén, completa y unificada, es la capital de Israel.

Asiento del Presidente, la Kneset, el Gobierno y la Corte Suprema

2. Jerusalén es el sitio del Presidente del Estado, la Kneset, el Gobierno y la Corte Suprema.

Protección de los Sitios Sagrados

3. Los Sitios Sagrados estarán protegidos de toda violación o profanación, así como de cualquier cosa que viole la libertad de acceso a los miembros de las diferentes religiones a sus sitios sagrados o sus sentimientos hacia tales lugares.

Desarrollo de Jerusalén

4. (a) El Gobierno proveerá fondos especiales para el desarrollo y la prosperidad de Jerusalén y el bienestar de sus habitantes, incluyendo una alocación especial para la Municipalidad de Jerusalén, con la aprobación del Comité Económico de la Kneset.

(b) Jerusalén tendrá prioridad para las autoridades del Estado, que ayudarán a su desarrollo en materia económica, entre otras.

(c) El Gobierno creará grupos de trabajo especiales para implementar esta ley.

 


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