Árbol de Vida
Hace cuatro años según el calendario hebreo, al cierre de Iom Kipur, las puertas del cielo se cerraron antes que yo pudiera atravesarlas. Gracias a Dios. No llegué a cenar, pero llegué a vivir. En el mes de convalecencia que siguió tuve mucho miedo y me invadió esa sensación de fragilidad que sólo un susto