Momentos Decisivos en la Historia Judía: 3 Opiniones.

70 EC,  Simon Schama

¿Qué es un momento decisivo en realidad? La historia rara vez ubica alteraciones radicales en un solo año. De todos modos, hubo tres fechas, todas ellas obvias, que cambiaron el destino del pueblo judío. La destrucción del Segundo Templo en el año 70 d.C. terminó no solo con la forma de organización política judía sino con el judaísmo como un culto ritual de sacrificios. La mudanza de la academia de Yochanan ben Zakkai a Yavne significó que el judaísmo se convertiría en una religión prescrita rabínicamente, con los saduceos y los esenios marginados. Llevaría más tiempo cerrar el canon de la Biblia hebrea, pero las semillas para la creación de la Mishná y luego el Talmud más amplio, que codifica el estatus de una ley oral al lado del texto escrito, habían sido creadas. Así, de la calamidad política nacieron la creatividad infinita y el poder de permanencia del judaísmo.

La atroz brutalidad del 9 de noviembre de 1938, la Kristallnacht, no fue el momento fundacional del nazismo como un programa de aniquilación de la vida judía, ni su peor consumación, pero significó la comprobación de la docilidad y la colaboración de los pueblos alemán y austríaco para con la brutal deshumanización que culminaría en la Shoá. Aquellos que se mantuvieron al margen mientras a los judíos se les infligían depravadas atrocidades, estaban ensayando la actitud de mantenerse al margen de todos quienes presenciaron o participaron en los Aktionen (acciones) y asesinatos en masa de las Einsatzgruppen (los escuadrones de la muerte nazis). Era el momento en que matar judíos podía producir un encogimiento de hombros o una sonrisa.

Pero luego, diez años después, llegó el 14 de mayo de 1948 y la creación, en condiciones de peligro extremo, del Estado de Israel. Podría haber otros contendientes para este momento de resurgimiento y redención: el primer Congreso Sionista, la Declaración Balfour, el voto de las Naciones Unidas de noviembre de 1947. Pero todavía hay algo sumamente dramático en la declaración de David Ben Gurión en el Museo de Tel Aviv, entre otras cosas, debido a la profunda dignidad moral del compromiso de “la completa igualdad de los derechos sociales y políticos de todos sus habitantes, independientemente de su religión, raza o sexo” y la garantía de “libertad de religión, conciencia, idioma, educación y cultura”.

SimonSchama es profesor de historia e historia del arte en la Universidad de Columbia y autor de “TheStoryoftheJews” (La historia de los judíos).
1967, Fania Oz-Salzberger

En su calidad de capital del Israel moderno, 1967 es el año más importante en la historia de Jerusalem. En la mañana del seis de junio de ese año, cuando una compañía desesperada de paracaidistas israelíes derramó la sangre de más de la mitad de sus soldados en lo que se convirtió en la legendaria batalla de Ammunition Hill, Israel comenzó su ataque contra las fuerzas jordanas que mantenían en su poder Jerusalem oriental y Cisjordania (Judea y Samaria). Para el 7 de junio, en un movimiento que cautivó a los israelíes y a muchos observadores globales, las Fuerzas de Defensa de Israel capturaron la Ciudad Vieja de Jerusalem, y las tropas israelíes, seguidas por un victorioso Moshe Dayán, derramaron lágrimas en el antiguo Muro de los Lamentos, supuestamente el lado occidental del Segundo Templo de los judíos. Llevó tres días más arrasar más de 100 pequeñas casas acurrucadas al costado del Muro, en el ahora olvidado Barrio Marroquí. A fines de junio, con la ebriedad de una victoria repentina y gloriosa en los frentes egipcio, sirio y jordano, y aliviado el horrible miedo existencial que se había incrustado en todos los corazones judíos israelíes, Israel anunció que la nueva Jerusalem unificada y sus lugares sagrados estaban ahora abiertos a los fieles judíos, cristianos y musulmanes.

Nada de lo que vino después se compara con esos días embriagadores. Ni la repentina visita del presidente egipcio Anwar el-Sadat, ni la visita histórica del papa Juan Pablo II, ni los nobles dignatarios que llegaron para compartir el dolor en el funeral de Yitzhak Rabin. 1967 se remonta al Rey David y al Rey Herodes y a los grandes conquistadores de la Edad Media. Cambió drásticamente la historia política posterior de Israel; desató la euforia, la arrogancia, el mesianismo, el ultranacionalismo y la bravuconería. Jerusalem se hizo más grande, más bella y más cara que nunca. Con su gran atractivo para soñadores y lunáticos por igual, gradualmente se alejó de Tel Aviv, y las dos ciudades ahora pertenecen a galaxias diferentes.

Fania Oz-Salzberger es profesora de historia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Haifa, directora del Foro de Investigación Posen para el Pensamiento Político y coautora de “Jews and Words” (Judíos y Palabras).
1989,  Yossi Klein-Halevi

El año en que todo cambió para el pueblo judío, para el mundo y para mí, fue 1989. Ese año estaba trabajando como periodista en Europa del Este y Central, cubriendo el colapso del comunismo y el telón de acero. Comencé en Polonia en el otoño de 1989, con el surgimiento de Solidaridad, el primer gobierno poscomunista del bloque soviético. Luego fui a Berlín cuando cayó el Muro. Estuve en Praga justo después de la “Revolución de Terciopelo”, y regresé a Berlín en marzo de 1990 cuando Alemania Oriental votó por disolverse.

Fue el año más extraordinario de mi vida. Y es el momento en que terminó el exilio de 2.000 años de los judíos de Israel. La razón por la que ubico el final del exilio en 1989 en lugar de 1948, es porque después de 1948, todavía había millones de judíos que vivían en una situación de exilio, de separación forzada de la tierra de Israel. Desde el momento en que cayó la Cortina de Hierro en 1989, casi todos los judíos de la diáspora pasaron a vivir en libertad. El colapso de la Unión Soviética, el mayor enemigo de Israel en la era posterior al Holocausto, trajo consigo el comienzo de la gran ola de aliá rusa que transformó – inclusoayudó a salvar – alEstado de Israel, marcando su transición a un estado desarrollado.

El año 1989 también rompió el asedio internacional contra Israel. Antes de 1989, el propio Israel estaba en una especie de exilio por parte de grandes partes de la comunidad internacional; 1989 fue el final de ese exilio y el comienzo de la aceptación de Israel. Marcó la transición a una mayor integración de Israel al mundo, especialmente desde el punto de vista económico.

El año 1989 transformó a Europa y puso fin a la Guerra Fría. Significó un cierre de la era posterior post Segunda Guerra Mundial y post Holocausto. Todavía no tenemos un nombre para la era judía en la que vivimos ahora, pero espost-postHolocausto. A pesar de todo lo que ha sucedido desde entonces, el tiempo que pasé en Europa del Este y Central durante ese año me hizo creer en la posibilidad de la transformación radical, de la transformación espiritual y en la posibilidad de la redención.

Yossi Klein Halevi es miembro del Instituto Shalom Hartman en Jerusalemn, periodista y autor de “LetterstoMyPalestinianNeighbor” (Cartas a mi vecino palestino) y “LikeDreamers” (Como soñadores).

Fuente: Moment Magazine, 23 de junio de 2020

Traducción: Daniel Rosenthal