Breve Estado de Situación

El domingo pasado en ocasión del iortzait del Gran Rabino Fritz Winter Z’L el Rabino Dany Dolinsky de la NCI de Montevideo aludía a aquella generación de rabinos alemanes que desembarcó en la remota América del Sur para construir judaísmo y comunidad.

90 años después, y por qué no pensar en términos de un siglo, estamos enfrentados a una nueva gran crisis. El antisemitismo ha resurgido desde nuevas teorías y con nuevas máscaras, pero es esencialmente el mismo.

A diferencia de entonces hoy contamos con dos ventajas: Israel, y el mundo globalizado.

Hay lugares más o menos apropiados, pero ya no hay lugares remotos en el mundo para un judío.

Israel sigue siendo el último gran refugio judío. Incluso amenazado, incluso en crisis, su capacidad de absorción y su poderío militar es una ventaja con la que no contábamos antes.

Pero la realidad es tan cambiante, la complejidad de la situación tal, que sería muy difícil delimitar en una o dos frases todas las preocupaciones que como judíos nos asaltan desde octubre de 2023.

Esta situación define la tensión que vivimos todos los judíos del mundo: cómo conjugamos nuestra vida cotidiana, el paso de los días y las festividades en el calendario, los hitos de la vida judía, con una situación que languidece en el tiempo.

El panorama ante nosotros como judíos es un momento de quiebre histórico.

Es muy ingenuo y muy facilista reducir la situación al conflicto armado con Hamás y los proxis de Irán o al antisemitismo globalizado.

Tampoco es válido reducirlo a la moralista conclusión rabínica del ‘odio gratuito’.

Sea en el siglo I o el siglo XXI, siempre habrá un Amalec dispuesto a borrarnos de la faz de la tierra.

Es la combinación de ambos factores lo que resulta amenazante y letal.

El quiebre que supuso la caída del 2º Templo es ejemplo suficiente.

A esta altura de Historia, cuando #Oct7 ya ha quedado instalado como un momento de trauma sin precedentes (a nivel de la Shoá), cabe preguntarse:

¿Cuál es el judaísmo que queremos? ¿Cómo entendemos el sionismo hoy?

La tradición rabínica que nos trajo a nuestros días y sobre cuya diversidad sobrevivió el judaísmo parece seguir siendo la fórmula más adecuada.

Al mismo tiempo, hemos vuelto a nuestra tierra para reparar los errores que nos llevaron a aquella destrucción.

Me gusta usar la metáfora del Sionismo e Israel como el ‘3er Templo’. Está en nosotros determinar los próximos dos milenios de nuestra historia.

Aun en tiempos de oscuridad podemos recuperar el amor y superar el odio. Ninguno es ‘gratuito’. Sólo resta elegir la moneda con que lo pagaremos, porque el fin lo vale.

Sólo resta elegir cómo queremos contarnos el relato.