#Oct7: Un Mes Después
Sería muy difícil calificar y ordenar en algún orden la gravedad y dramatismo de las innumerables crisis que ha atravesado Israel en sus 75 años de existencia como Estado soberano. Daría la impresión que unas superan a otras; que cuando pensábamos que peor no podía ser, fue.
Pensemos en dos casos comparables: Iom Kipur 1973 y la 2ª Intifada en 2000. En ambos fue inesperado aunque las señales estuvieran “a la vista” para quién debía verlas, y en ambos los acontecimientos cambiaron la historia de Israel para siempre.
Después de #Oct7, como dijo anoche la embajadora de Israel en Uruguay Mijal Herzkovitz, Israel no será el mismo. IK1973 precipitó la caída del Laborismo y el turno del Likud; la 2ª Intifada enterró el proceso de paz para siempre y dio luz verde a los halcones del expansionismo territorial en las zonas en disputa.
Todavía no sabemos, imposible saber, cuál será la situación después de esta guerra. Nadie se atreve siquiera a pensar cuándo terminará. Los políticos israelíes, en especial los gobernantes, ya especulan con una nueva realidad de ocupación y sumisión. Como si cincuenta y cinco años no nos hubieran enseñado nada.
#Oct7 no se inscribe en el contexto de la Ocupación porque Gaza no estaba ocupada. El pogromo de aquel día se inscribe en el contexto del slogan “Del Río al Mar”: el rechazo y la aniquilación de un Estado judío y sus habitantes entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo; sí, Israel y sus siete millones de judíos.
Si Israel mantiene el patrón de que a un ataque furibundo responde, superada la situación, con más extremismo y fundamentalismo, el círculo vicioso será inevitable, como lo ha sido hasta ahora. Sin embargo, parece no haber opción: extinguir Hamas como ejército y como cultura.
Por eso #Oct7 es tan particular: sucede después de un lustro de crisis política interna en Israel en torno a Netanyahu, con lo cual todo el sistema político israelí hoy es una enorme incógnita. Todos sabemos que Israel prevalecerá, lo que nadie sabe es cómo seguirá adelante.
#Oct7 es especial también porque instaló la grieta, fenómeno extendido pero local, a nivel global: o estas con Israel o estás con los palestinos. “Free Palestine” o “From the River to the Sea” son slogans genocidas. Apoyar la campaña militar israelí es ser opresor y colonialista. La primera tesis es cierta, #Oct7 lo prueba; la 2ª tesis es falsa. Mientras Israel declara inequívocamente que su fin único hoy es exterminar a Hamas, el mundo antisemita esconde su fin, el exterminio, en una retórica supuestamente justa.
Israel quedó devastado, herido, doliente, un gran campo de refugiados interno donde se ha movilizado casi la mitad de su población en busca de lugares más seguros. Ha quedado amenazado por el Norte y desde más lejos también. Israel fue jaqueado el pasado #Oct7, nos guste admitirlo o no.
Los judíos del mundo hemos quedado a la merced de los gobiernos de los países donde vivimos. Hemos retrocedido cien años. Somos víctimas de muchedumbres enceguecidas por una supuesta causa que los cautiva como fueron cautivados millones por la retórica nazi. No hay “hasbará” ni lobby que contenga este desborde.
Paradójicamente, y aun herido, Israel y el Sionismo, sigue siendo la única respuesta para una vida judía más plena y segura. No somos infalibles, pero debemos ser invencibles. De lo contrario, está claro: los 1400 asesinados de #Oct7 puede ser miles, cientos de miles.
No quiero ni escribirlo, “millones”. Sólo pensarlo da escalofríos.