Israel 75 años (II)

Irving “Yitz” Greenberg, Moments Magazine, mayo de 2023

El Estado de Israel representa el reingreso del pueblo judío en la Historia. Durante la mayor parte de los últimos dos mil años los judíos tuvimos sólo una vida interna, lo suficiente para mantenernos vivos y no asimilarnos, generalmente sin los derechos de ciudadanía y soberanía que nos hubieran permitido decidir nuestro destino. La concreción de nuestra auto-determinación nacional fue uno de los grandes puntos de quiebre de la historia judía.

En otro nivel, el Estado Israel representa la renovación del pacto original entre Dios y el pueblo judío, el pacto del tikún olam, el compromiso judío de mejorar toda la humanidad con nuestra nación como modelo. Tanto yo como otros hemos argumentado que la destrucción y genocidio del Holocausto negó la idea del pacto judío, fue un atentado a la idea de que los buenos ganarían y toda la Humanidad se encaminaría a la justicia y la paz universales; el pacto había sido destruido. He cambiado mi postura al respecto. Hoy diría que el pacto atraviesa etapas.

En el pacto bíblico inicial Dios nos salva de la opresión siempre que le seamos fieles. Cuando Israel es destruido, es porque los judíos no colmaron Su expectativa y fueron castigados por ello. Los ultra-ortodoxos todavía creen eso respecto de la Shoá. Yo argumentaría, más bien en términos rabínicos que, aunque el pacto se mantuvo, cambió: Dios se auto-limitó y ya no salvaría a los judíos a través de milagros perceptibles. El Talmud dice que el 1er Templo fue destruido por idolatría pero el 2º Templo fue por odio infundado. En otras palabras, el 2º Templo fue destruido porque pecamos unos hacia otros, no hacia Dios, al confrontarnos en guerra civil y una irresponsable revuelta contra un poder que no podíamos derrotar.

Ahora, pasada la Shoá, estamos en la tercera etapa del Pacto: Dios está con nosotros, pero la responsabilidad de nuestra supervivencia es enteramente nuestra. En la Shoá, tal como yo lo veo, la Humanidad aprendió qué sucede cuando no se asume la responsabilidad de prevenir la catástrofe. La Shoá hizo que la gente despertara y se percatara que todos somos víctimas potenciales y que no podemos depender de otros para protegernos. Si no te auto-proteges, estás en serio peligro. La respuesta judía fue crear el Estado de Israel.ctimas potenciales y que no podemos depender de otros para protegerte. ramente nuestra.  podgnificativo de la

Esto es lo que estamos viviendo ahora mismo: la renovación del pacto bajo nuevas reglas. Dios está presente como socio y compañero, pero nos llama a asumir la responsabilidad. En esto los ultra-ortodoxos se equivocan: creen que pueden estudiar Torá y estar exentos del servicio militar porque Dios los protegerá. Pero en Europa todas las plegarias y el estudio de Torá no detuvieron el Holocausto. El pueblo judío lo tiene claro. En la Declaración de Independencia de Israel los padres fundadores, aunque llamados seculares, establecieron claramente que su prioridad era trabajar en el espíritu de los profetas de Israel: reunir a los judíos de todo el mundo y cumplir la tradicional promesa de justicia universal. Se asumió muy responsablemente la responsabilidad de la tradición judía definida como el pacto con Dios.

Hace ochenta años y por dos mil años antes de eso, si eras judío estabas en mayor peligro que otros pueblos. La sangre judía no valía nada. En setenta y cinco años Israel no sólo garantiza un refugio para cada judío sino que ha hecho que más vidas judías puedan salvarse, tal como hemos visto en Ucrania. Si eres judío, hay gente comprometida en hacer un esfuerzo especial por ti. Es un logro asombroso: Israel y el Judaísmo han devuelto su valor a la vida judía.

Irving “Yitz” Greenberg es un rabino ortodoxo Presidente del Instituto JJ Greenberg en Hadar.

Traducción: Ianai Silberstein