Gueffen por Keret
Etgar Keret, 22 de abril de 2023, “Alphabet Soup”. Artículo sugerido por Janet Rudman @shebreojai
En su funeral recordé el ultimo verso de un poema de su última colección, “Habéis sido una gran audiencia”, que será publicado próximamente: “a veces la muerte te pega cerca, tan cerca, muy cerca, demasiado cerca”.
Algunas personas eligen escribir, a otros simplemente les surge. Ionatán siempre me pareció del segundo tipo. Pasar una hora con él era suficiente para darse cuenta que, para él, escribir un poema que conmoviera a todos quienes lo leyeran eran tan fácil como pelar una banana; al tiempo que esperar el turno en el médico, pagar una cuenta, o conducir recto sin escracharse contra un cartel, eran tareas virtualmente imposibles.
Cuando describía los colores de nuestras emociones Ionatán era elocuente y sereno, pero si tenía que hablar con un agente de atención al consumidor se le trababa la lengua, se estresaba, y se confundía. Eso producía en mí el efecto, cada vez que lo veía, de sólo querer soñar, crear, escribir, y hacer todo lo posible para evitarle la agotadora burocracia de nuestra existencia; eso que todos quienes jamás han escrito un cuento o rimado un poema llaman, condescendientemente, “la vida misma”.
No es que Ionatán no tuviera habilidades prácticas: podía identificar los hongos comestibles, podía sacar el fruto del cactus espinoso con una lata, hablar corazón a corazón con un gato, y hacer los mejores regalos y tarjetas del mundo con sus propias manos. Pensándolo bien, me doy cuenta que estaba más cómodo en los mundos en que un niño se siente cómodo; con lo demás, luchaba.
“Cómo nace un poema” pregunta uno de los versos más famosos de Ionatán. La respuesta es, “cómo un bebé”, en la forma más natural y simple posible. Pero, ¿cómo muere una persona cuyo arte nos conmovió y edificó? Si Ionatán estuviera con nosotros inmediatamente se le ocurriría la metáfora perfecta. Pero no está. Y, aunque probablemente me las arregle sin el fruto del cactus que él hubiera elegido para mí, seguir adelante sin el amigo y el suegro que siempre podía encontrar el nombre para cada murmullo del corazón y el alma, será muy difícil.
Traducción: Ianai Silberstein.