Alquimia Interior
Ma. Teresa D’Auria
¡Qué maravilla es el cerebro humano! Con elementos primarios y binarios (el lenguaje de la informática) es capaz de crear un pensamiento complejo y matizado más adecuado para interpretar, críticamente, la realidad.
No como la propaganda – o la mayoría de los informativos –- que reproducen, mecánicamente, los planteos rudimentarios de las máquinas y pretenden – como bien lo señalara ya hace más de medio siglo nuestra compatriota, Lisa BLOCK de BEHAR – «por medio de oposiciones simplificadas substituir el pensamiento por las facilidades de la disyuntiva ”.
La metamorfosis latente de cada materia prima se manifiesta en la labor de artistas y artesanos. ¿En qué no podrá convertirse un viejo tronco abandonado en manos de un escultor? Y ¿cuándo habría soñado la tripa de carnero, que, transformada en cuerda de guitarra, llegaría a volverse música ?
Incluso sin alcanzar niveles de genialidad o de alta destreza en un oficio, todos podremos encarnar eso que dice Nikos Kazantzakis en” Zorba el Griego”:
¡Qué máquina tan extraña, el ser humano!
La llenamos con pan y vino, con pescado y radichas y ella, con eso, fabrica suspiros, risas y sueños.
Mis deseos para el año que empieza serán, entonces, que recordemos a la gaviota de Neruda, ésa que, pese a alimentarse de basura marina, sabe cómo transmutarla en alas blancas…