4 Preguntas

En realidad, las “cuatro preguntas” de Pesaj no son tales: es UNA pregunta y son cuatro respuestas las que ofrece la Hagadá canónica, el texto clásico. A la pregunta “qué cambia ésta noche de todas las noches”, el texto responde: que comemos sólo matzá; que comemos sólo verduras amargas; que remojamos estas verduras dos veces; y que comemos reclinados; el resto del año comemos harina leudada, todo tipo de verduras, no las remojamos nunca, y comemos ya sea sentados o reclinados. Sin embargo podríamos pensar el texto como una mera sugerencia; alcanza con detenerse uno momento más después de la lectura para que cada uno, del mismo modo que debe sentir que está siendo liberado de Egipto, sea proactivo y proponga sus propias y originales respuestas. ¿Qué ha cambiado (para mí) ésta noche de todas las noches?

La cantante israelí Java Alberstein propone una respuesta en su impactante versión del Jad Gadiá (uno de sus grandes éxitos): éste año cambié yo. Su “cambio” consiste en subvertir las preguntas y las repuestas y de hecho todo el statu-quo que supone el Seder de Pesaj a través de un giro diferente a la historia de Jad Gadiá: propone cortar el círculo vicioso de la violencia que nos ha llevado a no reconocernos a nosotros mismos. No cabe duda que una obra artística tiene un impacto mayor que cualquier explicación o interpretación; el mensaje surte efecto sólo si uno escucha y entiende la canción. Traerla como ejemplo es una forma de compartir y proponer aproximaciones más arriesgadas y personales a una experiencia milenaria: generar otras respuestas.

Hay una tendencia muy marcada a valorar más la repetición de la tradición que la tradición en sí. Hacerlo como los abuelos o bisabuelos constituye un valor; el problema es que sólo lo aquilatan quienes ya son abuelos ellos mismos. Los platos tradicionales en cualquiera de las culturas, la forma de recitación y participación, el rito del Afikoman, los aromas, las canciones… todo ello contribuye a una experiencia de por sí tradicional. La propuesta es dejar rendijas por donde asomen las nuevas propuestas, incorporarlas, y generar nuevas tradiciones.

Las “cuatro preguntas” que cantan los niños apenas iniciado el Seder insinúan una “lista”, usando el término del semiólogo Umberto Eco fallecido éste año: una lista de cuatro elementos específicos. Es una lista porque fácilmente podemos agregar elementos que hayan cambiado “esa noche de todas las noches”, una lista tan larga como queramos. Tal vez no nos quedemos hasta el alba como los cinco rabinos que se extendieron en el relato del Éxodo, pero por cierto que podríamos. Si una lista nos da una sensación de vastedad e inconmesurabilidad, las cuatro respuestas propuestas a la única pregunta efectuada son un disparador potente e ineludible a generarla.

Ésta noche de Seder de Pesaj les deseamos a nuestros lectores y seguidores que, además de ser alegre y kasher, éste sea un Pesaj lleno de respuestas y propuestas. Un Pesaj donde seamos sensiblemente conscientes de nuestros cambios propios y de los de nuestro entorno. Entonces seguramente podremos sentir que sí, efectivamente algo habrá cambiado “esta noche de entre todas las noches”.

Ianai Silberstein, 21 de abril de 2016