Jenin y la globalización de la guerra
Quedó atrás Eurovisión 2025, la euforia en unos y la bronca en otros. ‘Todo el mundo es un escenario’ escribió Shakespeare en ‘As You Like It’. Todos somos actores y todos cumplimos distintos roles.
Ante los sucesos en Jenin el pasado 21 del corriente, cabe preguntarse quién es el director de la obra. Porque al final del día resultó claro que no hubo error ni agresión sino una lisa y llana provocación: una puesta en escena.
Ese grupo de diplomáticos con su cortejo de prensa debidamente equipado para registrar los eventos estaba imprudentemente lejos del área y el recorrido adecuados. Un recorrido en Jenin puede tener dos fines: denunciar el control militar israelí y las condiciones restringidas de los locales, o genuinamente intentar comprender la complejidad de una situación especialmente grave y compleja.
En este caso el fin fue, inequívocamente el primero.
Si hubiera sido el fin más noble y justo nadie se hubiera apartado de las pautas porque simplemente habrían escuchado a las autoridades. Jenin es, potencialmente, Gaza en Cisjordania. Es un hervidero de terrorismo, un enclave de Hamas, y una amenaza a Israel. Así como Israel ha tenido otros seis frentes en esta guerra, Jenin es el séptimo.
Meterse en Jenin es meterse en el centro bélico del conflicto. También supone saber, con cierta certeza, de que no habría más peligro del que hubo. Nadie puede imaginar que todos esos funcionarios diplomáticos se embarcaran en el tour si sospechaban, remotamente, que podían ser heridos o muertos. Se desviaron del camino para provocar. Todos volvieron ilesos.
El ruido de los disparos de advertencia, sin embargo, llegó a nuestras orillas.
Ya no sé cuál ha sido el peor momento para Israel en estos veinte meses a partir del 8 de octubre de 2023. En realidad, no ha habido buenos momentos. Este episodio es una perla más del collar. En Jenin no murió nadie. En Washington DC, al día siguiente, sí. La guerra de Gaza está definitivamente globalizada.
Si el asesinato en Washington DC ha llevado la guerra al corazón de los EEUU, como escribió Amir Tibon en Haaretz, el episodio en Jenin trajo la guerra al corazón del ‘paisito’. Ya lo intuíamos: la semana pasada amanecimos con un grafiti antisemita en un edificio judío.
El hecho en Jenin fue tan magnificado y tergiversado que el propio presidente Orsi tuvo que esforzarse en usar un discurso ponderado. La improvisada entrevista sobre el asunto fue un acoso periodístico que parecía complementarse con los hechos en Jenin: ‘conseguimos que los israelíes dispararan, ahora consigamos que el Presidente se desboque’, parecían querer provocar algunos de los periodistas. Orsi no lo hizo. Mantuvo su centro.
Ojalá siga siendo así, en la medida en que no sólo el conflicto no disminuya sino que aumenten sus repercusiones. Sólo un discurso de moderación desde los liderazgos de turno puede salvarnos de hechos de sangre. La guerra en su versión ideológica ya está instalada en Uruguay. Hay que evitar que sangre llegue al río. Ríos no nos faltan.
20 meses después del 7 de octubre de 2023 una pareja de funcionarios diplomáticos israelíes es asesinada en Washington DC.
Año y medio después del anterior conflicto en Gaza en 2014, bajo un liderazgo político que no supo de moderación ni ponderación, fue asesinado un judío en Paysandú.
No queda mucho más para decir.