‘Medir’ Judaísmo
Los seres humanos tenemos una muy fea costumbre, aunque Harari la ubique como la principal razón de nuestra supuesta ‘supremacía’ sobre las otras especies: creamos una comunicación muy sofisticada para hablar unos de otros. En lunfardo, ‘chusmerío’; en español correcto, ‘chisme’. En judío lo llamamos ‘lashon ha-rá’, ‘malas lenguas’, hablar mal de alguien. Especial y específicamente, tendemos a hacerlo sobre el judaísmo del otro.
‘Medir’ el judaísmo, sea el nuestro o el del prójimo, es una tentación a la que muchos sucumbimos. Ser judío es como el embarazo: se está, o no; sea cual sea la naturaleza de su judaísmo (genealógico o electivo), y más allá del tema del reconocimiento entre las corrientes del judaísmo, se es o no se es. Mi planteo es ‘medir’ el judaísmo de cada uno; valorarlo ya es otro tema.
Cuando intenté plantear este ‘dilema’ en términos de redes sociales audiovisuales, y luego de mucho trabajo de edición y ajustes, me encuentro con un producto final, en el mejor de los casos, despertará cierta curiosidad. Lo que me quedó claro es que, más allá de ser provocativo, deja una laguna que sólo puede llenarse mediante el género del ensayo. Que es lo que intento hacer, sobre el tema que sea, desde hace más de quince años.
Es por eso que quiero extenderme sobre este asunto de ‘medir’ el judaísmo como complemento al video donde planteo el tema. Si vamos a hacerlo (seguramente hay muchos a quien no les interese en absoluto el asunto), cuáles serían los patrones de medida por los cuales podemos medir un intangible como una identidad; que en el caso del judaísmo, no es del todo intangible… y por eso creo que es pasible de ser ‘medido’.
Hay dos elementos en el judaísmo que nos permiten ‘medir’: el calendario hebreo (luaj) y los rituales. Si bien en términos de Harari no dejan de ser producto de la imaginación de los hombres, son los que permiten que nos agrupemos en torno a esa identidad que llamamos judaísmo. Pero, ¿qué tanto? ¿Cuál es el nivel ‘cuantitativo’ de mi judaísmo?
En el caso del luaj, la cuestión está en qué tan incorporado lo tenemos a nuestra ‘agenda’ personal. Un judío sabe que los sábados es Shabat; la pregunta es cómo vive su sábado. Llamar al sábado ‘shabat’ ya sería un buen comienzo, y saludarse con un ‘shabat shalom’ haría una enorme diferencia.
¿A qué altura del año (gregoriano) nos preguntamos cuándo ‘caen’ Pesaj o Rosh Hashaná? ¿Nos acordamos cuando nos llega algún aviso, o lo tenemos en cuenta para planificar nuestros próximos semestres? Ni hablemos de saber cuándo es Rosh Jodesh o qué porción de la Torá leemos en una semana determinada. En lo personal, cuando me encuentro haciéndome esta última pregunta, siento un adecuado nivel de satisfacción respecto a mi judaísmo activo.
En el caso de los rituales el tema puede ser más vidrioso, en especial si uno no se percibe ‘religioso’ o ‘practicante’. Colocarse tfilim o cubrirnos la cabeza ya es un alto nivel de adhesión.
El mero hecho de adherir a ciertos rituales pauta nuestro nivel de compromiso judío. Es ritual, a estos efectos, encender velas de Shabat en casa o ir a la sinagoga al Kabalat Shabat; sea todo o sea sólo uno de esos actos. Ritual es acompañar dolientes en su semana de duelo. Ritual es acompañar alegrías: casamientos, ceremonias. También es ritual, de tipo laico, asistir a cada acto comunitario que marque acontecimientos que nos definen.
‘Medir’ nuestro judaísmo (según estos parámetros que propuse u otros) no es un juicio de valor. Es literalmente eso, una ‘medición’: del mismo modo que medimos a un bebé para saber cómo evoluciona y en qué rangos de su crecimiento se ubica.
Muchas veces caemos en el facilismo de hablar sobre lo judío (me incluyo) pero eludimos actuar judío. No me conformo con valores éticos que aplican a toda la humanidad como la justicia social o ser honesto en los negocios. Me refiero a hechos y conductas que son inherentes a ser judío, las practiquemos o no.
Cuando en alguna encrucijada de la vida nos planteamos este tipo de dilemas (qué tan judío soy), y generalmente suele suceder en torno a Iom Kipur, el calendario hebreo y algunos rituales son una buena forma de ‘medir’ pero, sobre todo, son una buena forma de ser. Judío.
para ver el video, https://www.instagram.com/p/DE2FHfnpirY/