La Criba

Ma. Teresa D’Auria, Setiembre 2021

La coyuntura actual nos invita a reconocer nuestra pertenencia a dos mundos ambivalentes : el de la Naturaleza y el de la sociedad de los humanos.

Implacable y hermosa al mismo tiempo, la Naturaleza tiene sus propias leyes de funcionamiento ciego y reacciona – sin bondad ni maldad, sino con alteraciones de conducta –  al  trato que reciba de nuestros semejantes.

Desde el punto de vista biológico la especie  humana comparte con los reptiles el cerebro límbico, donde se genera  la más primitiva de nuestras emociones: el miedo. Y por su conducta en sociedad el ser humano es, a la vez, «homo sapiens» y «homo demens». Ambas actitudes conviven entrelazadas, como los ingredientes de una torta marmolada.

Toda crisis tiene una función clarificadora. No es casualidad que esa palabra derive de un verbo griego que significa « cernir ». Frente a un cambio de envergadura se tratará, entonces, de no aceptar pasivamente – como esponjas que lo absorban todo – las nuevas modalidades y tendencias que vayan apareciendo : poner en juego, en cambio, nuestra capacidad de discernimiento (BINÁ). Recordar, primero, que toda novedad  no es ,automáticamente, un progreso, ni mucho menos.

¿Cómo intentar evaluarla para juzgar si se trata de un avance cualitativo?  Podríamos plantearnos tres preguntas:

1 ¿Es imprescindible? ¿Habrá graves consecuencias si no se integra como un « must» ? La coherencia nos llevará a –soltar lo anodino.

2 ¿Es dignificante? Muchas   veces   tendremos   que   resistir al « mainstream »  de lo masivo,   a la moda (si se trata de abusos «normalizados»). La tecnología, por ejemplo,  a menudo no ocupa su  justo  lugar. Suele  ocurrir  que, en  vez de ser únicamente una asistente muy veloz,  capacitada  para  procesar  datos cuantificables de nuestra  existencia,  se  desmadre –  como  todo  ídolo  –   en  un  delirio  imperial  de  omnipresencia, de lenguaje único. Entonces, si nos dejamos seducir por el brillo deslumbrante  de sus ropajes,  nos envenenará  con  su  barbarie  sofisticada  y  glacial.

3 ¿Es vivificante? Tendremos  que  seleccionar  nuestras  frecuentaciones  (contactos, Informaciones, lecturas… ) ¿Tienen una carga energética positiva? (¿alimentan, renuevan el vigor, dilatan el corazón? ).

Ante la complejidad de lo real, en medio de la mentira circundante y la profusión de las lecturas simplistas y arrogantes, sería muy saludable recordar la sana incertidumbre que sugiere el Talmud, con su permanente apertura a la interrogación y a las búsquedas todavía no concretadas.

Deseándoles  mantengan ese espíritu exigente y dinámico a la vez, les deseo un muy fecundo comienzo de ciclo.