Cómo el Covid-19 cambiará el mundo.
Einat Wilf, www.pairagraph.com
El día en que finalmente podamos salir de nuestras casas de manera segura también será el día en que ya no será necesario que lo hagamos, porque el COVID-19 ha acelerado dramáticamente el proceso de hacer que casi cualquier bien o servicio esté disponible en nuestros hogares.
Tenemos ahora a nuestra disposición más opciones de entretenimiento en el hogar – y de mayor calidad – que nunca antes. Muchos de nosotros nos hemos dado cuenta de las diversas formas en que la enseñanza y el aprendizaje pueden funcionar en el hogar. Los procesos de migración de contenidos que se esperaba que llevaran años, cuando no décadas, han sido condensados a unos pocos meses o semanas. La atención sanitaria también está pasando por un proceso acelerado de digitalización, e incluso la pesada maquinaria gubernamental ha sido forzada a iniciar a un proceso acelerado de digitalización.
Entonces la pregunta será cada vez más: si ya no necesitaremos abandonar nuestras casas, ¿para qué querremos salir? Deberemos levantar el listón de las razones para abrir la puerta y salir mucho más arriba. La idea de nuestro hogar como una especie de base desde la cual salimos al mundo a diario se volverá cada vez más obsoleta. Surgirá una nueva hipótesis según la cual quedarse en casa será el comportamiento cotidiano por defecto.
Antes del COVID-19, la posibilidad de trabajar desde nuestra casa en ciertos días era algo para negociar con el empleador. En el mundo posterior al COVID-19, el hogar será el lugar de trabajo predeterminado y los posibles empleadores deberán negociar el hecho de “ir al trabajo».
Los niveles educativos preescolar, primaria y secundaria verán la desagregación de sus tres servicios principales: cuidado de niños en masa, socialización y aprendizaje real, ya que las líneas entre escuela, actividades extracurriculares y campamento podrían desdibujarse.
¿Y qué significarán estos desarrollos para las relaciones de género, cuando más hombres trabajen desde la casa y los niños pasen más tiempo aprendiendo en casa? ¿Servirá para igualar aún más el estatus de hombres y mujeres, ya que ambos se establecen por igual en el hogar, o nuestros roles se estratificarán de nuevas maneras?
El deseo de contacto humano seguirá incambiado, por lo que uno de los servicios más valiosos que todos buscaremos es el de encuentros dirigidos y de alta calidad, que se extenderán desde sus nichos actuales en conferencias de lujo en redes para convertirse en la norma por la cual haremos nuevos amigos y conocidos.
La necesidad humana de tener acceso a la naturaleza también seguirá siendo tan fuerte como siempre, y las preguntas sobre quién controla la naturaleza y nuestra igualdad de acceso a ella, pasará a tener mayor importancia en la política. Actualmente estamos observando una aceleración del proceso de creación de una nueva ecología interior, más privada. Como inversiones, nuestras casas serán aún más importantes de lo que lo son hoy. Invertiremos más en las infraestructuras tecnológicas de nuestras casas y en todos los aspectos de confort y productividad.
Con una pandemia aún virulenta, es natural que anhelemos el día en que podamos salir libremente de nuestras casas. Pero en los próximos años, una vez que la sensación original de alivio disminuya, nos preguntaremos cada vez más por qué alguna vez fue necesario salir.
Traducción: Daniel Rosenthal