Por qué lloro
Rabino Alejandro Bloch, 7 de agosto de 2019, Av 6, 5779.
עַל־אֵ֣לֶּה אֲנִ֣י בוֹכִיָּ֗ה
Al Ele ani bojia.
Por esto lloro. Eijá 1:16
Esta semana nos reuniremos para recordar la destrucción de Jerusalem. Nos sentaremos en el suelo, descalzos en señal de duelo y a media luz leeremos el libro de Eijá, Libro de las Lamentaciones que nos dejara el profeta que presenció el hambre y la muerte, para leer más tarde las Kinot, las expresiones de dolor por las destrucciones pasadas.
Al Ele ani bojia:
Por esto yo lloro, por las masacres y persecuciones, por los sueños destruidos, por las vidas incineradas, por las esperanzas truncadas.
No solo lloro por el pasado: Ierushalaim es una realidad milagrosa, Israel es una potencia, nuestro pueblo volvió a la tierra por la que rezamos durante casi dos milenios.
Lloro porque los motivos de la destrucción del año 70, el odio gratuito entre hermanos, aun están vigentes.
Lloro porque la familia judía desmembrada.
Lloro porque los hermanos no podemos encontrar una mesa en donde sentarnos juntos y dialogar acalorados sobre el futuro de nuestro pueblo.
Lloro porque existe en nuestro interior un lenguaje de división, ellos y nosotros, ellos o nosotros.
Lloro porque hemos permitido hacer de la vida judía un hobby de fin de semana.
Lloro porque son mas importante las frases efectivas y marketineras que las preguntas profundas.
Lloro porque nos conformamos con ofrecer un judaísmo envasado en vez de pedirles a nuestros hermanos que se animen a desarticular ideas supuestamente sagradas.
Lloro por la caricatura en la muchas veces transformamos al judaísmo en vez de mostrar el inmenso reservorio de sabiduría que es si es que nos atrevemos a bucear en él.
Lloro por el analfabetismo en que muchos de nuestros hermanos viven.
Lloro por todas las ideas creativas y desafiantes que hoy se estas gestando son silenciadas con argumentos y gritos que resuenan desde el medievo.
Lloro porque en nuestro Estado la religión (si es que podemos usar ese término correctamente en el Judaísmo) en muchos casos se ha aliado a la política y ha copiado las peores practicas de esta ultima.
Lloro porque en la Diáspora, el amor a Medinat Israel parece estar en crisis.
Lloro, como dice Heschel, para que tengamos capacidad de llorar porque, cuando lo hagamos, vamos a poder liberarnos del triunfalismo vacío y podremos reconstruir la vida judía poniendo a D-s, a La Tora, e Israel en el centro.